Villaviciosa de Odón, donde viven las hadas
Villaviciosa de Odón es, sin duda, un lugar que desprende magia en sus rincones.
La tibieza del sol, junto con los almendros tempranamente florecidos, trae a nuestros sentidos la sensación de una primavera en ciernes, a pesar de encontrarnos a mediados de febrero. El día, pues, es propicio para embarcarnos en uno de esos magníficos descubrimientos de nuestros pueblos de la Sierra Madrileña que, por su cercanía con la capital, sorprenderá, sin duda, al más avezado de los viajeros por los muchos secretos que este esconde. Hoy visitamos Villaviciosa de Odón, un lugar mágico lleno de sorpresas.
Las tierras que hoy ocupan el municipio que hemos venidos a visitar, contaban con población ya en el siglo III, habiéndose hallado restos visigodos, así como árabes en ellas. Tanto es así, que en el año 939 el cronista Ibn Hayyan cita el poblado Calatalifa, donde Abd al-Rahmán III mandó levantar un castillo en lo que hoy día es conocido como el cerro de El Miradero. Se trata de un yacimiento arqueológico que en la actualidad es visitable y que fue considerado Bien de Interés Cultural en el año 1949. Una ruta de senderismo y cultural para realizar en familia y, así, disfrutar de una parte de nuestro bello Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama.
Cabe destacar múltiples anécdotas de este singular pueblo, sin embargo, nos quedamos con dos que nos han llamado poderosamente la atención: la Exposición Nacional de Agricultura de 1857, donde don Joaquín Campuzano participó con un vino blanco espumoso y que fue galardonado como el mejor champán español de la época; y la fundación de la carrera y el Cuerpo de Ingenieros de Montes que data de hace más de siglo y medio y que comenzó precisamente aquí, en Villaviciosa de Odón.
Aparcamos, cono es habitual, en las inmediaciones de la plaza de la Constitución, donde se encuentra el ayuntamiento. Ante nosotros aparecen unos edificios níveos típicamente castellanos. El consistorio fue levantado en el año 1852 y restaurado magníficamente hará unos treinta y cinco años. Se trata de unas construcciones hermosas por su sencillez.
Perdiéndonos entre sus callejas, llegamos sin mucha dificultad a la iglesia de Santiago Apóstol, construida a principios del siglo XIX, con un alto campanario y paredes blancas, muy en consonancia con el resto de la arquitectura del centro del municipio. Junto a esta, encontramos una bella fuente de mármol, datada en el siglo XVII.
A nuestra espalda nos topamos con la Casa-Palacio de Manuel Godoy, quien fuese primer ministro del rey Calos IV, y caído en desgracia tras el famoso motín de Aranjuez. El edificio se construyó a principios del siglo XVII y fue habitado por distintos personajes de la nobleza, hasta el año 1800, en el que la esposa de Godoy, doña Teresa de Borbón y Villabriga, se convierte en propietaria del inmueble. La edificación, blanca como las anteriores, aunque en origen fue de ladrillo visto, destaca por su austeridad y las sendas torres de tejas rojas, así como el escudo de armas en granito en la entrada. Sus jardines son una auténtica joya de visita obligada.
Continuamos nuestro camino de forma parsimoniosa por la calle Arroyo, dejándonos acariciar por el sol y trinar de los pajarillos que parecen despertar del intenso invierno. Llegamos, así, hasta nuestra siguiente parada, el Torreón de doña Laura García Noblejas. Se trata de un edificio construido en ladrillo rojo en 1860 y que permaneció inalterable hasta la llegada de la Guerra Civil, donde se perdió diversa ornamentación. Ya en el año 1973, doña Laura García Noblejas y Brunet, finalizó la restauración del curioso y bonito edificio, donde se respetó su acabado original.
Regresamos sobre nuestros pasos, hasta alcanzar la avenida de Madrid, con el fin de disfrutar de este apacible municipio y así, alcanzar la Fuente de los Caños, atribuida al genial Ventura Rodríguez en el siglo XVIII. La fuente, de estilo herreriano, cuenta con un pilón de granito sobre el que desaguan tres caños. La tradición afirma que quien bebe del caño central contraerá matrimonio.
Junto a esta obra de Ventura Rodríguez, se halla la edificación con mayor antigüedad de Villaviciosa de Odón, El Castillo. En la época de los Reyes Católicos los marqueses de Moya mandan levantar esta fortaleza. Casi un siglo después se reconstruyó según los planos del gran Juan de Herrera.
Se trata de un edificio de planta cuadrangular con torres de homenaje en sus esquinas y tres torres circulares. En la actualidad es utilizado como archivo histórico del Ejército del Aire, buena prueba de ello es el Mirage F-1 que se encuentra expuesto en los jardines de tan distinguido edificio.
Villaviciosa de Odón es, sin duda, un lugar que desprende magia en sus rincones. No es de extrañar que la escritora María Luisa Gefaell -Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil de España en 1950-, se inspirara en la localidad para escribir “Las hadas de Villaviciosa de Odón”.
Nos vamos con el dulce néctar en los labios de haber disfrutado de un gran día y un mejor lugar. Sin embargo, no lo podemos hacer sin antes dejarnos perder por el precioso y alegre parque de El Castillo, que como su nombre indica se encuentra junto a este. Se encuentra repleto de árboles, espacios abiertos y naturaleza, la misma hermosa naturaleza que encontramos siempre en todos nuestros pueblos de la Sierra Madrileña.