Dignidad y reconocimiento
Félix Schlayer fue un empresario alemán nombrado cónsul de Noruega en España durante los primeros años de la terrible guerra civil española. Salvó cientos de vidas y fue vecino de Torrelodones, donde falleció en 1950. Schlayer se puso en 1936, ante la ausencia de su embajador, al mando de la delegación noruega y recibió en la embajada noruega a quienes huían de la terrible represión desatada en Madrid. Acogió, tras cerciorarse de que el asilado no había actuado contra la República, a casi mil personas, entre ellas, más de cien niños. La mayoría de quienes huían eran liberales, conservadores o personas apolíticas que vieron amenazada su vida por sus creencias religiosas.
Todo esto le valió los insultos de esa izquierda que pretende entroncar su legitimidad con la II República y que es incapaz de sumarse al espíritu de la Transición. Esa izquierda que tilda de fascista a todo aquél que no es socialista al tiempo que pacta ceder la inmigración a Junts.
Madrid rechazó en 2019, bajo el gobierno de Manuela Carmena dedicar una placa en José Abascal 27 a Félix Schlayer.
Torrelodones le pondrá una calle a su ilustre vecino, a propuesta del PP. Por dignidad.