#BringThemHome
El 7 de octubre terroristas de Hamás asaltaron Israel torturando, violando y asesinando a 1.400 personas. Mujeres, niños, ancianos fueron masacrados.
En paralelo, los criminales secuestraron a personas en los kibutz o en el concierto por la Paz. A algunas de ellas las han liberado durante el alto el fuego que Hamás rompió al lanzar cohetes sobre Israel. 138 personas siguen retenidas. Entre ellas niños, como los pequeños de la familia Bibas, Kfir y Ariel, de 10 meses y 4 años de edad. En el colmo de la maldad, Hamás ha llegado a decir que habían muerto, algo no confirmado por Israel, durante el intercambio de rehenes por prisioneros que tuvo lugar hace unos días. ¿De verdad alguien puede sostener que la liberación de estos críos y su madre no debería ser prioritaria para el mundo libre?
También sigue en cautiverio Naama Levy, activista por la paz y bisnieta de supervivientes del Holocausto, cuyas terribles imágenes ensangrentada y herida siendo bajada de un vehículo de los terroristas dieron la vuelta al mundo.
El mismo destino incierto corre Noa Argamani, raptada en el festival de música cuyas imágenes mientras era transportada en motocicleta por los terroristas al tiempo que clamaba por su vida y miraba impotente a su novio, también capturado, dieron la vuelta al mundo. Su madre sufre cáncer en estadio cuatro e implora poder volver a ver una vez más a su hija.
Son solo algunos ejemplos de civiles inocentes que están siendo utilizados como moneda de cambio. Por los testimonios de quienes han podido volver a sus casas sabemos que los rehenes son torturados y que malviven en condiciones terribles. Hamás ha prohibido a Cruz Roja visitarlos. No quieren que se sepa lo que están padeciendo. El tiempo se está agotando.
Esta Navidad, exijamos su liberación. #BringThemHome.