La política de España se juega en Madrid
Lo que ocurra en las elecciones del 4 de Mayo determinará el futuro de Madrid, y también el de España. La previsible victoria de Isabel Díaz Ayuso convierte a la presidenta madrileña en el auténtico muro de contención de la izquierda, no solo a nivel regional, sino con alcance nacional.
La campaña que hemos vivido ha polarizado el significado de estos comicios a la elección entre dos modelos de sociedad: el de la libertad, el liberalismo, la bajada de impuestos y el control de la pandemia sin paralizar la actividad económica, acreditado por la gestión de Díaz Ayuso; frente al del intervencionismo, subida de impuestos, imposiciones de cierre y hasta recorte de libertades, que ha practicado Pedro Sánchez con sus socios radicales, populistas, separatistas y hasta herederos del terrorismo.
La política española se está disputando sobre el terreno de juego autonómico de Madrid. Y no por voluntad de Díaz Ayuso, que se ha limitado a gestionar lo mejor posible sus competencias para favorecer los intereses de los ciudadanos de su región, enfrentándose, cuando ha sido necesario, al propio Ejecutivo nacional. Fue Pablo Iglesias, al abandonar el gobierno para bajar a la arena electoral, quien otorgó a estos comicios un alcance superior al meramente autonómico. Y lo ha ratificado Pedro Sánchez, al ocupar en la campaña un protagonismo superior al de su propio candidato, Ángel Gabilondo, al que no ha dudado en desautorizar cuando se le ocurrió decir que no subiría los impuestos.
Hace ya décadas que la izquierda no gobierna en Madrid. Y, en estos años, la región ha incrementado en más de una docena sus hospitales públicos y se ha convertido en el motor económico de España, título que le ha arrebatado a Cataluña, y mantiene el privilegio de ser la comunidad en la que menos impuestos pagan los ciudadanos, a pesar de ser la que más contribuye a las arcas nacionales. Frente a la crisis desatada por la pandemia, las medidas adoptadas han permitido que Madrid sea la región donde se ha experimentado mayor crecimiento económico y menor destrucción de empleo. Bares, restaurantes y comercios se han convertido en el mejor cartel electoral de Ayuso.
Frente a esta realidad, se contrapone la situación nacional general. Serán los ciudadanos madrileños, con su voto, los que elijan cuál es el modelo de sociedad que prefieren.