Amnistía para Sánchez
En la situación política que vive España, el Tribunal Supremo ha citado a declarar al Fiscal General del PSOE, Álvaro García Ortiz, y, además, imputado a su mano derecha (con perdón), Diego Villafañe, por la operación de Estado para la destrucción de Díaz Ayuso. La declaración del hermanísimo, que no sabe ni dónde está la oficina que presuntamente dirige, bate récords de risotadas en X. Begoña sigue a lo suyo, mientras Ábalos dice que se coma el marrón otro. Por ejemplo, Koldo. Montero señalada por su jefe de gabinete, y lo que te rondaré, Moreno. Víctor Torres se preocupa, nadie entiende por qué, cuando Sánchez está preparando la autoamnistía que los incluye a ellos. Al fin y al cabo… una banda es una banda.
Todo ello coincidiendo con el golpe de Estado de Nicolás Maduro en Venezuela, ante el cual Sánchez ha guardado estruendoso y cómplice silencio para pasmo de no pocos presidentes hispanoamericanos. Todo ello en vísperas de la toma de posesión de Donald Trump, que tiene enfilado a nuestros socialistas, cual Israel después de los numeritos antisemitas vividos y patrocinados por el gobierno, léase parte Sumar.
Estamos ante un cambio de ciclo, con todos los astros conjurándose para la caída de Sánchez. Una caída que va a ser la más estruendosa desde la muerte del dictador, al que el PSOE, que siempre fue el partido del franquismo sociológico, no para de homenajear. Después de Sánchez, como después de Atila, no quedará nada. Del PSOE.
Cuando se abran las urnas porque al tirano no le quede más remedio, resultará perentorio no caer en la venezolinización opositora, disgregada y enfrentada durante décadas, sino unirnos todos aquellos que simplemente aún tenemos sentido común (su destrucción es consecuencia de los colectivismos), y votar juntos. Por la amnistía laboral de Sánchez.