El error de la izquierda
La izquierda española comete un grave error al confundir las legítimas pretensiones del pueblo palestino de obtener un territorio y un reconocimiento internacional, con la sangrienta brutalidad de los grupos terroristas que se han erigido como sus representantes.
Hamás y la Yihad Islámica —como antes lo fueron Fatah y la OLP— son organizaciones criminales que utilizan la violencia, hostigando incansablemente al pueblo israelí, que se ve obligado a recurrir a las armas en legítima defensa.
El pasado 7 de octubre, en un ataque por tierra, mar y aire, el grupo islamista palestino asesinó a más de 600 personas, hirió a 2.000 y secuestró a más de un centenar, pero los partidos de izquierdas de España se han negado a sumarse a los actos de condena contra ese brutal atentado ni a los gestos de solidaridad con Israel, argumentando que su apoyo es para los palestinos.
La líder de Más Madrid, Mónica García, ha pretendido convertir estos hechos es un arma política contra Isabel Díaz Ayuso, que ha reclamado al gobierno español que corte el grifo sin contemplaciones a todo lo que tenga que ver con un grupo terrorista capaz de cometer tales atrocidades. También en Andalucía, Podemos e Izquierda Unida se negaron a participar en el homenaje que el Ayuntamiento de Sevilla hizo a Maya Villalobo, la joven española asesinada por Hamás.
El Partido Socialista debería dejarse de equilibrios equidistantes y condenar claramente el terrorismo, pero eso no le resulta fácil a un Pedro Sánchez que no ha dudado en hacerse la foto con EHBildu —partido albacea del legado etarra—, al que necesita para su investidura. Y la izquierda española en su conjunto sigue mostrando su apoyo a regímenes como el chavista en Venezuela o el castrista en Cuba y justificando la violencia de Sendero Luminoso, las FARC, las Brigadas Rojas, ETA, GRAPO, FRAP o el IRA.
Pablo Iglesias presumía de la pertenencia de su padre al FRAP y se enfureció cuando Cayetana Álvarez de Toledo le llamo “hijo de terrorista”, desde la evidencia de que esa organización era un grupo criminal que asesinó a cinco policías y un guardia civil.
Va siendo hora de que la izquierda española lleve a cabo una profunda reflexión acerca de los postulados que abraza al no condenar la violencia de determinados grupos terroristas.