El español, un legado de futuro
El ritmo vertiginoso al que se suceden las noticias da pie muchas veces al olvido, el desconocimiento o la manipulación de las informaciones que se producen en un momento dado. La rabiosa actualidad, sobre todo en el mundo de la política, es un campo de batalla del que se enseñorea el aquí y ahora, el presente absoluto, sin que los antecedentes parezcan importar una higa, sobre todo si estorban en todo lo que no sea provechoso a la propia argumentación.
Me alcanza esta reflexión a propósito de la iniciativa de Isabel Díaz Ayuso de crear una Oficina del Español a cuyo frente ha nombrado a Toni Cantó, que sirvió de refuerzo a su candidatura en las elecciones autonómicas del pasado 4M. Como el propio Cantó ha asegurado, confía en responder con su trabajo a las críticas por su nombramiento. Los que han tenido la oportunidad de compartir tareas parlamentarias con él, ya han confirmado que compromiso con la cultura, así como dedicación y entrega, no le faltan. Creo que ayudaría a clarificar las cosas el origen de este proyecto, que no surge en la mañana de la resaca electoral, como han dicho distintas voces. Quienes esto aseguran desconocen algunos detalles importantes. El primero es que Díaz Ayuso presentó siendo portavoz popular en la Asamblea de Madrid, el 18 de julio de 2019, al comienzo de la pasada legislatura autonómica, una iniciativa sobre fomento del español.
Después de ser elegida presidenta de la Comunidad de Madrid, la iniciativa no cayó en el olvido. Esto último lo sé muy bien porque me cupo el honor de defenderla en pleno un año después, adaptada a las circunstancias que se estaban viviendo con los ataques contra las efigies de grandes figuras del legado hispano en diversas ciudades norteamericana, como las de la Reina Isabel la Católica, Cristóbal Colón, Miguel de Cervantes, San Junípero Serra o Juan de Oñate.
En la iniciativa de Díaz Ayuso se defendía, y cito literalmente, que “la Comunidad de Madrid tiene la oportunidad de convertirse en referente internacional, y especialmente europeo, para el aprendizaje de nuestra lengua, como capital mundial del español, teniendo muy en cuenta su carácter como segunda lengua internacional de negocios, y el potencial de toda la Comunidad de Madrid para el turismo cultural”.
Asimismo, Díaz Ayuso proponía “desarrollar programas específicos para atender a estos tres aspectos: Madrid como región de referencia para el aprendizaje del español y de la cultura en español, mejora del aprendizaje de nuestra lengua por parte de los madrileños y mejora del conocimiento de la literatura española”. Todos estos objetivos se expresaban con todo detalle en el “petitum” de la proposición, que incluía también promover la música hecha en español, buscando convertirse en un centro de la gran industria musical hispanoamericana, al que la presidenta madrileña ha sumado en su programa electoral una estrategia para hacer de nuestra región una referencia en la producción audiovisual.
No hará falta que diga que esta propuesta no encontró ningún respaldo en los partidos de izquierda, si bien salió adelante. Con esto quiero subrayar que a nadie debía de sorprender que la izquierda haga de la creación de la Oficina del Español un motivo para atacar nuevamente a Díaz Ayuso, cuando ni siquiera han apoyado los objetivos que la presidenta de la Comunidad de Madrid propuso hace ya dos años para nuestra región a través de ese incalculable tesoro universal que es el idioma español y su inmenso legado de cultura. Porque el español es auténtico petróleo para una región que es líder en el sector editorial, el cinematográfico, de artes escénicas y musical, pero también como centro de aprendizaje del español.
El tiempo dirá si Díaz Ayuso ha acertado una vez más frente a los que se oponen a cualquier cosa que ella propone por el mero hecho de que lo proponga ella. Tal es el papel de la izquierda en Madrid: oponerse a toda oportunidad que beneficie a los madrileños, y por ello los madrileños les han invitado amablemente a que sigan siendo oposición.