En las últimas semanas hemos visto cómo la mujer de nuestro presidente hacía negocios y daba clases sobre los modos más eficaces de captar fondos. Nos han dado detalles de cómo visita en horas de madrugada la habitación de algún empresario y confidente que luego patrocina sus actividades. Más tarde a ese empresario el Consejo de ministros le concede ayudas millonarias y le distingue con favores de dinero público.

Hemos asistido al espectáculo de ver a un bruto como consejero de la empresa pública de los trenes, y a sus negocios con mascarillas, muy rentables, mientras morían cada día cientos de españoles a los que se les había dicho que el virus sería una simple gripe, que salieran tranquilos a celebrar el día de las mujeres, que no pasaba nada. Todo esto y algunas cosas más, como el estilo de orangután de un ministro de transportes, nos ha escandalizado.

Para que se nos pase la indignación, el gobierno ha recurrido a la táctica del miedo. Consiste en difundir la información tributaria de un individuo y en revelar los correos electrónicos de su abogado, para que todos sepamos que pueden hacer lo mismo con nosotros. El hecho de que ese individuo sea el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid es solo una circunstancia relevante para el gobierno, porque saben que en esa condición la repercusión será mayor, y el valor ejemplar del castigo se multiplica.

Que sepan todos que el poder mafioso que nos gobierna puede saltarse la ley y sus garantías cuando le de la gana. Por eso han celebrado con pompa y boato el aniversario del confinamiento, porque fue el nacimiento de la forma dictatorial en la que fundamentan su poder. El miedo es su razón de ser, y tu razón de obedecer. Y mientras no nos sacudamos el temor a la represalia pública, seguirán gobernando y prostituyendo el Consejo de ministros, ese que regala todo lo que tu tienes, con tal de que ellos sigan al mando.