El regreso a los principios
La primera andanada de Feijóo va dirigida a las clases medias, que son las que sostienen las democracias. Aquellos países donde la clase media es fuerte, esto se traduce en democracias sólidas. Para lo demás ya está Venezuela como ejemplo, o la Rusia de Putin, tiranía que atrae a los extremos, ya sean de izquierdas o de derechas. Recuerden por un momento que la derecha española perdió la batalla cuando trituró a las clases medias con una presión fiscal sin precedentes y una persecución tributaria atroz, con el único objetivo de exprimir a todo contribuyente y seguir pagando un estado paquidermo. En contra de lo que dijo la propaganda de la izquierda, Rajoy nunca fue el campeón de los recortes, sino el paladín del gasto público. Basta mirar las cuentas. Ahora que Feijóo propone que el PP alcance la madurez, después de la pubertad de Casado, ha vuelto a aquellos principios liberales de adelgazar un poco el estado, solo un poco, no se entusiasmen, para que la clase media tenga más dinero disponible, por tanto, más libertad. Recuerden también que el dinero de nuestros impuestos la izquierda lo toma como un botín para repartir y crear clientela. La otra batalla, que uno sospecha que no dará, es la batalla cultural. La clientela de la izquierda, regada con dinero público, se ha formado en los territorios de la identidad: el feminismo, el sindicalismo, la universidad pública adocenada e ineficaz, el nacionalismo, la ideología de género. Todo eso se ha convertido en industrias que viven del Estado y sus regalos. La primera tarea es la de adelgazar todo eso para evitar la quiebra y la posterior intervención de Europa. Pero no será suficiente si no se da la batalla para derogar leyes que consagran la discriminación, y programas educativos que combinan la baja calidad de la enseñanza con unas propuestas ideológicas disparatadas y perniciosas. Se llama un regreso a los principios. Esperemos que no sea, el de Feijóo, un viaje a medias.