Hace tiempo que me viene interesando mucho el mundo de las grasas en el organismo. Conversaciones infinitas con los amigos sobre el colesterol bueno, el malo, los triglicéridos, las dietas, que si los hábitos de vida saludables, que si hay que cuidarse a partir de los cincuenta…

Pero, ¿Qué pasa con nuestros peludos? ¿Acaso ellos no tienen colesterol ni triglicéridos? O ¿tenemos abandonados esos parámetros en nuestras analíticas rutinarias?

Pues efectivamente, se les mide el colesterol y los triglicéridos (sus valores de rango no son exactamente como los nuestros), y nos da una gran información a los veterinarios clínicos. Tener unos niveles de colesterol total en rango saludable (sin hablar de LDL, ni HDL) y unos triglicéridos óptimos nos indica que nuestro amigo peludo tiene un alto porcentaje de no padecer ciertas patologías, que analíticamente subirían esos valores.

¿Y por qué lo sabemos? Pues porque a pesar de que hay razas como el schnauzer miniatura que tiene una hipertrigliceridemia idiopática o familia, lo habitual es que esos altos valores procedan de una dieta hipercalórica (para los requerimientos que ese animal necesita por sus propias circunstancias o hábitos de vida) o secundarios a ciertas enfermedades como son el hipotiroidismo, hiperadrenocorticismo (Cushing), pancreatitis, síndrome nefrótico, diabetes, insuficiencia hepática, esteatosis hepática, etc. Estas enfermedades nos revelan (no siempre) con subidas de dichos valores. Es decir, si nos encontramos con incrementos de parámetros como el colesterol y triglicéridos, debemos hacer un estudio para descubrir la causa e instaurar un tratamiento.

Los triglicéridos ingresan en el organismo a través de la dieta, tanto grasas de origen animal o vegetal, el colesterol lo fabrica el hígado y, aparte, puede proceder de grasa de origen animal. Cuando se toman más calorías de las necesarias, estas se acumulan en forma de triglicéridos en el tejido adiposo subcutáneo, como reserva de energía. Si se siguen ingiriendo más calorías innecesarias llega un momento que esos triglicéridos se acumulan en músculos y vísceras y finalmente terminan por acumularse en el hígado. ¡Peligro! De aquí a la resistencia a la insulina, síndrome metabólico, diabetes tipo II, obesidad, ateroesclerosis, accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardiacas, hipertensión, bajadas de inmunidad, etc., hay una delgada línea bidireccional, en ambos sentidos.

¿Qué estrategias podemos usar? Primero, unos análisis completos, descartar enfermedades, dieta hipocalórica, ejercicio y como suplemento, unos buenos omega 3 en la dosis adecuada (80 mg/kg), que está demostrado que bajan los valores a partir de los dos meses de su administración, y se pueda usar como preventivo también.

Sé que en navidades se comenten excesos y es normal, pero el año que comienza hemos de pensar algo muy simple para nosotros y nuestros amigos peludos: que los triglicéridos y el colesterol altos son factores de riesgo para enfermedades metabólicas, cardiacas, cerebrales e inmunitarias.. Hay que prevenir.

Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo.