MUNDO ANIMAL | Los prebióticos: alimenta la microbiota
Cada día hay mas clientes que se preocupan por la salud intestinal de sus peludos. En esta ocasión daré unas pinceladas sobre la alimentación, no de nuestros animales, sino de los bichitos que albergan sus intestinos.
¿Y cómo se puede alimentar a los microorganismos? Con una dieta de calidad y unos ingredientes que aporten muchos beneficios. Cuando queremos explicarlo de forma simple decimos que los Prebióticos son el alimento de la microbiota. Y si queremos complicarlo pero ser más exactos, diremos que son sustancias o ingredientes de la dieta, normalmente fibra soluble o no, que pasa por el estómago sin degradarse, atraviesa el intestino sin absorberse y finalmente llega a su destino que son las bacterias del colon, que fermentan dicha fibra alimentaria, produciendo un montón de beneficios como formación de ácidos grasos de cadena corta, absorción de nutrientes, vitaminas, minerales y neurotransmisores. También intervienen en la formación y crecimiento de especies bacterianas beneficiosas y evitan diarreas y estreñimiento.
En resumidas cuentas, estos prebióticos no somos capaces de digerirlos ni las personas ni nuestros peluditos y, sin embargo, los microorganismos que forman parte de la microbiota, lo digieren con sus enzimas y lo aprovechan aportando un montón de utilidades y funciones a nivel de sistema digestivo, sistema inmunitario, endocrino, cardiaco y neurológico. La fibra se va consumiendo de forma gradual, no se pasa de tomar nada de fibra a tomar mucha cantidad desde el primer día, para que el tránsito intestinal se vaya adaptando.
La mayoría de los Prebióticos son carbohidratos o azúcares, pero no azúcares simples sino azúcares complejos. A estos carbohidratos se les conoce como MACs (carbohidratos accesibles a la microbiota). Entre los alimentos que contienen mucha fibra están las frutas, verduras, cereales y legumbres. Entre los MACs se encuentra la inulina y sus derivados llamados fructanos, que al contener fructosa puede producir intolerancias en algunos pacientes. La avena y las setas tienen altos contenidos en betaglucanos. La pectina está en las frutas y en vegetales como la zanahoria y los guisantes. El calabacín nos aporta mucílago. El almidón resistente se encuentra presente en el arroz, patata, batata y boniato, entre otros.
Un truco es cocer el arroz y la patata, dejarlos enfriar en nevera y comerlo entre 12 a 24 horas después, sin calentar en exceso, esto hará en almidón sea más resistente y será mucho mas digestible para los microorganismos, provocando más beneficios y mejores digestiones.
La fermentación de estas fibras siempre producirá una pequeña inflamación y producción de gases transitorio, el problema viene en pacientes que tienen un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, por paso de bacterias del colon a través de la válvula ileocecal, que es la llave que separa el intestino delgado del colon. En estos casos la fermentación de la fibra se realiza en el intestino delgado y necesitaran un tratamiento médico y dietético adecuado, para volver al equilibrio de su microbiota y recuperar la variedad de especies microbianas saludables. Aparte de los carbohidratos también hay otras sustancias prebióticas como los polifenoles. Los colores llamativos de frutas y verduras indican que tienen compuestos fenólicos. Estas sustancias tienen propiedades antioxidantes y previenen el daño oxidativo, también actúan a nivel vascular, cardiaco y neurodegenerativo. Como ejemplo de alimentos que los contienen, están las fresas, granada, piña, arándanos, calabaza… El psyllium es un tipo de fibra soluble que se obtiene del plantago, es muy buen prebiótico, que alivia el estreñimiento y aumenta especies bacterianas muy beneficiosas. Ya sabéis como alimentar a la microbiota.