La Historia Interminable
Michael Ende describía en La Historia Interminable cómo la NADA iba devorando el mundo de Fantasía a su paso, convirtiendo la luz en tinieblas, y los lugares y personajes en inexistentes sombras, dejando un vacío y una oscuridad en los que ni siquiera tenían cabida los recuerdos. Hoy, como aquel velo siniestro que trataba de engullir el mundo mágico creado por Ende, una nueva DANA asola con furiosa virulencia los lugares por los que va avanzando. En la costa mediterránea, principalmente en Valencia y Andalucía, las carreteras se han desgajado, hay puentes arrancados, barrancos desbordados, inundaciones, cultivos arrasados… En septiembre de 2023, numerosos pueblos del suroeste de Madrid padecieron otra DANA de la que un año más tarde aún se están recuperando.
España es azotada por una dana de lluvias torrenciales y granizo, pero aún soporta un azote infinitamente más cruel y peligroso, un azote político que mantiene en jaque nuestra democracia, nuestras instituciones, nuestros derechos y libertades como ciudadanos libres e iguales ante la ley, nuestra unidad territorial y nuestra forma de vida como sociedad.
El aquelarre creado por Pedro Sánchez junto a los partidos que practican el comunismo más rancio e hipócrita, el independentismo oportunista y chantajista, y los herederos de los asesinos terroristas de ETA, continúa con su amenaza de destruir España.
La mano siniestra de Sánchez se extiende como una sombra oscura por las instituciones con el objetivo de controlar el Estado: el CIS, RTVE, el Banco de España, el Tribunal Constitucional… Esto es para él, la regeneración democrática.
El presidente del Gobierno y sus ministros palmeros continúan su cacería generalizada contra aquellos jueces, periodistas y políticos que pueden suponerles un contrapeso. Sin embargo, en su entorno, la corrupción cada vez aflora con más fuerza, como un río que no se puede contener: el caso Koldo-Ábalos-Número 1; Delcygate y sus maletas; los lingotes de oro camuflados como material sanitario; Aldama; Zapatero; la investigación al hermanísimo por un presunto delito fiscal; la imputación de su esposa Begoña Gómez por tráfico de influencias y corrupción en los negocios, y ahora por nuevos delitos de presunta apropiación indebida e intrusismo… suma y sigue.
Begoña Gómez se sabe por encima del bien y del mal, por encima de la ley, y por encima de todos los españoles a los que debe considerar miserables seres imberbes, y tiene la desfachatez de viajar con Sánchez a la India para hacer en aquel país, precisamente aquello por lo que la investiga la Justicia en España: utilizar el cargo de su marido par hacer contactos de cara a potenciales negocios, como ya hizo en su día en África o en Nueva York.
Sánchez habla del fango para distraer a la opinión pública y echar balones fuera, pero él y su entorno, son quienes verdaderamente están de fango hasta el cuello.
Jamás en toda la historia de la democracia española la mujer de un presidente del Gobierno había sido imputada por la Justicia, jamás el hermano de un presidente había estado investigado por la UCO, jamás una trama de corrupción vertebrada a gran escala había puesto a un presidente en el punto de mira como el posible “Número 1”.
Pero Sánchez no va a dimitir por voluntad propia hasta que el cerco de la Justicia no le deje más salida. Los palmeros que ahora le tapan y le jalean abandonarán el barco y le negarán como le ha sucedido a Errejón. Esperemos que la Justicia actúe celeridad y contundencia. Solo es cuestión de tiempo, y el barco que capitanea Sánchez ya se halla al borde de la NADA.
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