Es complicado describir en pocas líneas un proceso tan importante como el envejecimiento.

Trataré de explicar un poco, qué deberíamos hacer con nuestro peludito cuando pasamos la edad entre 8 y 10 años.

Lo primero es saber que el envejecimiento no es una enfermedad en sí misma, se trata de un proceso natural y como cada vez se llega a edades más avanzadas, es muy importante hacer chequeos preventivos para diagnosticar de manera temprana y poder poner tratamiento en estadios iniciales, prolongar su vida, y lo que es más importante, su calidad de vida.

La mayoría de las patologías tienen un desarrollo lento e influye mucho la nutrición, el sobrepeso, la edad, sexo, raza, tamaño… La genética tiene un peso importante pero el entorno y los hábitos son los detonantes previos.

La pregunta del millón es si mi perro durará más o menos por el tamaño, que si un gato dura más que un perro…. Pues sí, la evidencia nos dice que los gatos son más longevos que los perros y que los pequeños duran más que los grandes, pero como la vida, no son matemáticas exactas, esto no será verdad absoluta.

Lo más importante es que nuestros peludos siempre estén correctamente vacunados y desparasitados, “quien evita el riesgo, evita el peligro”.

Hay una palabreja llamada Inmunosenescencia, que significa que el sistema inmunitario está envejeciendo. No obstante, responden bien a las vacunas cuando son animales que llevan un calendario de vacunación periódico. Incluso aquellos animales que tienen enfermedades crónicas controladas, como un hipotiroidismo o una diabetes.

Deberíamos incluir alguna visita anual a nuestro veterinario con el fin de evaluar su estado vital, con toma de temperatura, peso, aspecto general, presión arterial, frecuencia cardiaca y respiratoria, palpación de piel, nódulos y ganglios.

Según avance su edad deberíamos incluir una analítica de sangre completa con colesterol, triglicéridos, T4, fructosamina y electrolitos. También tenemos biomarcadores precoces de enfermedad cardiaca y renal. Una analítica de orina para valorar pérdidas de proteínas, ver cristaluria o infección. Sería interesante una radiografía de tórax y una ecografía.

Otro problema geriátrico es la enfermedad periodontal, una buena salud comienza por la boca. Terminaremos con valorar una disfunción cognitiva y uno de los mayores problemas de la edad avanzada, que es la artrosis. Esta afecta al movimiento, consiguiendo engañar al principio, porque no se quejan y hacen una vida normal, compensando con malas posturas al andar, provocando finalmente estados de dolor, intolerancia al ejercicio y quedando postrados sin poder andar.

Con los avances en veterinaria cada vez tenemos más soluciones que ofrecer y con un diagnóstico temprano, disponer de un tratamiento adecuado desde sus inicios, dependiendo de la enfermedad y los síntomas. Este es un tema muy complejo y extenso. No dude en consultar a su veterinario.