La mejor oreja de Madrid se sirve en Casa Toni
Caminar por el centro de Madrid es un disfrute en cada ocasión, sobre todo si se hace sin prisas, observando la bella arquitectura de sus fachadas, los grandes portalones que en muchos casos aún conservan antiguas puertas de madera remachadas con adornos de metal y coronadas por tiradores que resultan auténticas joyas de anticuario. El Barrio de las Letras es un museo en sí mismo, sus calles y plazuelas rebosan vida, historia y rincones de auténtica leyenda. Es la pura historia de Madrid… En muchas de sus casas han nacido, vivido o fallecido, relevantes personas de nuestra Literatura y sus calles han sido testigo de numerosos episodios y lances que a lo largo de los siglos han ido tejido la personalidad de esta ciudad para llegar a ser la capital que hoy es.
La calle de la Cruz representa la esencia misma del cosmopolitismo madrileño: gentes de toda procedencia que vienen y van, que se asoman a los escaparates que brindan a los transeúntes todo tipo de artículos, y que entran en los bares y tabernas para deleitarse con la gastronomía madrileña y sus famosas tapas. De vez en cuando, y siempre que mis obligaciones me lo permiten, me gusta fundirme con esa masa de transeúntes, para disfrutar de esa costumbre tan madrileña del cañeo o el tapeo…
Hoy recorro esta calle - la misma que en el siglo XVI contó con un corral de comedias acordado por las cofradías de La Pasión y La Soledad-, para pararme en el número 14, donde la taberna Casa Toni despacha la mejor oreja a la plancha de todo Madrid.
La actual situación de pandemia ha mermado el bullicio en el interior del local, de gentes apostadas junto a la barra, consumiendo raciones que no paraban de salir de la cocina. Ahora, los protocolos sanitarios han obligado a reducir el aforo en su interior pero el ritmo de los fogones sigue siendo prácticamente el mismo.
Abierta en los años sesenta, Casa Toni es una taberna con mayúsculas. Una taberna castiza donde no existen florituras, solo el buen hacer de una cocina magnífica y el trato inmejorable de quienes atienden con diligencia a los clientes.
En este emblemático establecimiento se pueden encontrar las tapas más típicas de Madrid, como zarajos, entresijos y mollejas, pero su carta de tapas es inmejorable: mejillones al vapor, sepia, calamares rebozados, boquerones fritos, berenjena, riñones, chorizo… Todos, productos de primera calidad y el pescado más fresco. Pero si algo hay típico en Casa Toni, es la oreja a la plancha, famosa en todo Madrid.
La oreja es un producto de casquería que no resulta fácil cocinar ya que requiere bastante tiempo de cocción para eliminar la dureza. En Casa Toni la cocinan de forma tradicional y el resultado es una oreja totalmente natural, crujiente y servida en láminas finas y con una salsa tipo brava con el punto justo de picante para realzar todo su sabor. Y para maridar este plato tan especial, una caña bien tirada, un vermut o un vino de Madrid. Yo, sin dudarlo, me decanto por el vino de la D.O. de Madrid, nada menos que un Pureza de la Navas del Rey, un vino excelente que no resulta habitual encontrar y menos servido por copas, esto -sin duda- pone de manifiesto la firme apuesta de Casa Toni por los productos de Madrid, lo que para mí siempre suma puntos en favor del establecimiento.
Retorno hacia la Plaza de Jacinto Benavente, disfrutando del aroma castizo del entorno que me envuelve. Esto es Madrid, belleza, historia, leyenda… y la posibilidad de fundirse como un transeúnte más, por las plazas y callejuelas, y disfrutar del cañeo y de tapeo en alguna taberna singular.