El secreto del Mesón Los Conejos (Aldea del Fresno)
Una de las grandezas de las que puede hacer gala la Comunidad de Madrid es que vayas donde vayas, desde la majestuosa urbe capitalina hasta el rincón rural más tranquilo, se pueden hallar con facilidad, establecimientos de una altura gastronómica sobresaliente. Es el caso del Mesón Los Conejos ubicado en la localidad de Aldea del Fresno (carretera de Madrid, 16), que hoy tengo el capricho de visitar, confieso que como otras tantas veces.
Aldea del Fresno cuenta con una situación privilegiada en uno de los pocos valles fluviales a baja altitud en la Comunidad de Madrid, cuya tierra surcan generosamente los ríos Alberche y Perales.
Sin duda un lugar único y muy especial que rebosa parajes de apacible belleza, tapizados de amplia vegetación que se torna más densa junto a la ribera de los ríos y en la que predominan las encinas, enebros, fresnos, sauces, álamos y chopos, y también jaras, retamas, tomillo… Un entorno natural que invita al paseo disfrutando de sus rutas y sendas, y a la práctica de los deportes al aire libre y del baño en su magnífica playa.
Aldea del Fresno posee, además, gran riqueza histórica y un patrimonio que merece la pena visitar. Testigos silenciosos del devenir histórico de sus largos siglos de existencia son la Noria árabe, cuyas ruinas se levantan al pie de la Iglesia, junto a la orilla del río Perales; la torre de la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol; y el conjunto de la Granja El Santo que se ubica en lo que pudo ser un poblado medieval.
Y a esta riqueza natural e histórica se suma la riqueza gastronómica que, para el deleite de vecinos y visitantes, se puede degustar en el Mesón Los Conejos, uno de los restaurantes más emblemáticos de la sierra oeste madrileña.
Su propietario, Alberto Plaza, pertenece a la tercera generación de una familia que lleva décadas elaborando una cocina que ha sabido ganarse un gran prestigio. Algunas de sus señas de identidad son la utilización de productos de calidad, poniendo valor los de proximidad; la elaboración de las recetas tradicionales de la familia; y la amabilidad y hospitalidad que dispensan a los clientes los propios dueños que atienden el establecimiento personalmente.
Aunque disponen de una amplia variedad de platos, su especialidad son los de caza y asados, entre ellos: las judías con liebre, el conejo al ajillo, el cabrito asado y la perdiz roja estofada.
En su carta también se pueden encontrar delicias como embutidos ibéricos, habitas fritas con jamón ibérico, rabo de toro estofado, pimientos asados con ventresca, cazuela de setas de temporada con almejas y gambas, entrecot de buey a la parrilla, croquetas caseras al estilo de la abuela… Y mis dos platos favoritos: morcilla de la Adrada y caracoles en salsa. Me atrevería a afirmar que son probablemente los mejores caracoles de Madrid.
En el Mesón Los Conejos, guisan los caracoles (de origen Cadalso de los Vidrios), con una salsa bien aderezada, sabrosa y generosa. Fabulosa, imposible resistirse a mojar pan en esta salsa. Y la morcilla de la Adrada igualmente espectacular en su sabor y textura. La sirven en su punto, con la piel crujiente y totalmente jugosa. ¿Cuál es su secreto? Mejor, probarlo. Buen provecho.