Por más que desde PACMA se empeñen en compararnos a las mujeres con las vacas, lo cierto es que el animal no es sujeto de Derecho, que regula las relaciones entre hombres o de los hombres con las cosas y demás seres vivos, aunque el individuo esté sujeto a obligaciones. Lo que distingue al hombre del animal son la conciencia y la dignidad. Es por eso, por dignidad, por lo que los animales son merecedores de que se respete su vida. La muerte o tortura gratuita de un animal nos hace perder la dignidad como ser humano. Estoy muy a favor de imponer penas a quienes maltratan animales.

Es en este sentido, el de la obligación de las personas hacia los animales, en el que desde 1978 se legisla en favor de la protección animal. De ahí que los Consistorios busquen mejorar la condición de vida de animales abandonados. Lo hacen apoyados por magníficas asociaciones de protección animal, por sus abnegados voluntarios y por los propios vecinos.

Como sucede en Torrelodones, en donde Torrefelina se deja la piel cada día. La labor de los voluntarios para el control de las colonias felinas es impagable. Lo lamentable es que toda esta labor no venga acompañada por el apoyo institucional del Ayuntamiento.

El Centro de Protección Animal de Torrelodones podría denominarse centro de maltrato animal de Vecinos por Torrelodones. Los animales están en cheniles al aire libre, con techos de uralita. Imaginen el frío que pasan en invierno y el calor que sufren en verano. García Plata lleva desde 2017 prometiendo un centro digno. Seis años después de la promesa del populismo, los animales viven en condiciones lamentables. Les invito a visitar el Centro, si son capaces de encontrarlo, porque no hay ni siquiera señalización para llegar al mismo. Vergonzoso.