Viaje de fin de curso. Paga usted. Solo el vuelo en avión militar de Irene Montero y su alegre cuchipandi nos ha costado 95.000 euros del ala (del Falcon). En un momento en que las familias no saben cómo hacer para llegar a fin de mes, con la cesta de la compra, el gas, la gasolina y la luz disparadas de precio; con la inflación superando el 10% y que, hasta Calviño, la que negaba la inflación hasta abril de este año, prevé pueda superar el 12% a fin de año. Y lo que te rondaré morena, porque Sánchez El Cruel se niega a adoptar las medidas necesarias para cortar el empobrecimiento de las clases medias y bajas.

Lo peor de todo, junto con el gasto, las fotos. Esas imágenes de las colegialas de turismo por Estado Unidos, que no reflejan en ningún momento que se trate de un viaje de trabajo. Claro, iban a estrechar lazos con otras empoderadas como ellas. Tal cual es la explicación oficial.

Yo les ofreceré una oficiosa: sucede que Montero, Serra -condenada por daños, lesiones y atentado a la autoridad- y demás son comunistas. Y como buenas comunistas creen que lo suyo es suyo y lo nuestro también es suyo. Jamás se ha visto a ningún aparato de partido comunista vivir en la pobreza o echar una mano a los pobres, que crean por millones para luego prometer subsidios. Ahí tienen a la oligarquía cubana castrista, la venezolana de Nicolás Maduro, las de la extinta URSS. Y es que el socialismo que ellas representan, el del casoplón de Galapagar o el piso en el Retiro de Mónica García, es una ideología sin alma. Les da igual cómo viva el pueblo. No han venido a servir. El comunismo siempre viene a servirse.