La percepción del mundo respecto a la Comunidad de Madrid está dando un giro de 180 grados en los últimos años. Madrid es eterna, castiza, chulapa, guapa, crisol de cultura y de diversidad. Madrid es la tierra de las oportunidades y de la libertad. Pero hasta no hace demasiado tiempo, la imagen que los visitantes -y los propios madrileños- tenían de Madrid se focalizaba principalmente en los atractivos de la capital, y algunos municipios de renombre por su patrimonio histórico, arquitectónico y cultural. Sin embargo, en los últimos años, la focalización del turismo se ha ido desvinculando de los clásicos puntos históricamente emblemáticos para alcanzar miles de rincones maravillosos y únicos del Madrid rural que tapiza toda nuestra región, ese Madrid de los pueblos, de la naturaleza, del olor a tierra, de la artesanía, de las raíces y tradiciones, de la buena gastronomía y de los excelentes vinos que se elaboran en las bodegas madrileñas. En esta apertura hacia la diversificación del turismo y en su impulso, mucho tiene que ver la gran labor que se está haciendo por parte del Consejo Regulador de la D.O. Vinos de Madrid, uniendo esfuerzos y alcanzando sinergias con la Comunidad de Madrid y con Madrid Enoturismo, cuyo objetivo común es promocionar y posicionar a nivel regional, nacional e internacional los magníficos vinos que se producen en nuestra región, desde su origen, desde los viñedos y bodegas, porque conociendo sus orígenes es imposible no apreciar nuestros vinos. Por eso, el futuro de los vinos de Madrid, está estrechamente ligado al enoturismo, como su mejor escaparate. El enoturismo invita, además, a conocer ese Madrid rural y entrañable, a recorrer los pueblos y, por tanto, es un importante resorte para la dinamización de la economía local.  

Uno de esos lugares que invitan a la paz y al disfrute más absoluto de la naturaleza es la Bodega Las Moradas de San Martín en la localidad de San Martín de Valdeiglesias. El entorno natural donde se ubica es tan espectacular que apenas se puede describir con palabras, es imprescindible sentirlo en persona.

Su propietario, Javier Sancerni, junto a la enóloga, Isabel Galindo, están realizando un trabajo excepcional tanto en la elaboración de sus vinos -que han alcanzado un reconocimiento internacional sin precedentes-, como en el cuidado de sus viñedos, absolutamente meticuloso y artesanal.

El viñedo de Las Moradas cuenta con una extensión de 21 hectáreas a casi 900 metros de altitud y se encuentra en un enclave paisajístico único, recortado por las espectaculares vistas de la Sierra de Gredos y rodeado de pinares, encinas, jaras y plantas aromáticas que envuelven el paseo entre las viñas. En esta tierra de secano conviven viejos viñedos de garnacha y albillo real. El clima y los suelos especiales de esta zona permiten elaborar vinos con mucha personalidad y calidad.

La Bodega, tiene capacidad para producir unas 80.000 botellas por añada. Es una bodega respetuosa con el medio ambiente, con total mimo a las viñas, y a los procesos de producción, trabajando con las levaduras propias de la uva y elaborando los vinos sin aditivos.

Vinos “con alma”

Así, “con alma” es como califican en Las Moradas sus vinos, ya que a través de su paladar buscan que quien los disfrute se traslade a su origen y a su entorno natural con toda la riqueza de sus matices y singularidad.

Todos sus vinos, Albillo Real 2020 Eco, Initio 2017 Eco, Libro Diez Las Luces, Senda 2018, La Sabina 2015 y Libro Once Las Luces, son reconocidos internacionalmente, habiendo logrado este último el galardón internacional Gran Bacchus de Oro (primera vez en la historia que la D.O. Vinos de Madrid recibe este importantísimo reconocimiento).

Enoturismo en Las Moradas

Además de elaborar unos excelentes vinos, la Bodega Las Moradas de San Martín, ofrece una serie de experiencias en enoturismo, muy especiales y cargadas de magia y encanto, a menos de una hora de la capital.

Entre las diferentes posibilidades, se puede disfrutar de una visita a los viñedos, a la Bodega y cata con aperitivo. Otra posibilidad consiste en un paseo entre viñedos, literatura y vinificación y posterior cata de vinos, para finalizar -de vuelta a Madrid- con una visita al espectacular Monasterio de Pelayos de la Presa, único monasterio medieval de la Comunidad de Madrid, datado del siglo XI y declarado Bien de Interés Cultural desde 1983.

Para los apasionados por la astronomía, resulta imprescindible la Cata bajo las estrellas, en la que se puede disfrutar de la experiencia de observar el cielo nocturno de la Sierra de Gredos, en plena naturaleza, mientras se cata una selección de vinos. Sin duda una experiencia única cargada de magia, que permite apreciar sus buenos vinos, mientras los sentidos se sumergen en la oscuridad silenciosa de noche para alejarse del estrés de la vida diaria.

Finalmente, durante los meses de invierno, también se organizan talleres de poda, en los que los visitantes pueden descubrir en primera persona los secretos de la labor que realizan los viticultores, con visita a la Bodega y cata de vinos.

Toda la información sobre la Bodega Las Moradas de San Martín, su historia, ubicación, vinos y experiencias, están disponibles en la página web lasmoradasdesanmartin.es