Ángel de Oteo Mancebo, director general de Agricultura, Ganadería y Alimentación de la Comunidad de Madrid
“Tenemos que sacar pecho por los productos locales tan característicos de nuestros municipios y continuar con su impulso”
Ángel de Oteo, un madrileño con gran arraigo en Morata de Tajuña, en plena vega del río Tajuña, un entorno privilegiado para la producción de hortalizas, y que ha tenido la oportunidad de conocer desde su niñez lo que es el campo y de vivirlo en primera persona. Como director general de Agricultura, Ganadería y Alimentación ¿Qué significa defender y trabajar por el campo madrileño?
Primero, un orgullo. Me enorgullece haber sido durante veinticinco años concejal y también teniente de alcalde en un pueblo como Morata de Tajuña, al que tengo muchísimo cariño y en el que siempre he ejercido como morateño. Un entorno rural en el que he crecido disfrutando de esta naturaleza algo diferente en la que no hay grandes bosques, pero sí las vegas del Tajuña con su río y con mucha gente muy noble que es la que vive en los pueblos.
Además, gracias a mi profesión de ingeniero técnico agrícola, he seguido vinculado a ese campo, al mundo agrario y rural, un sector al que considero que hay que apoyar, defender y ayudar mucho en la situación actual en la que nos encontramos.
¿De qué forma cree que su experiencia municipalista le ha ayudado a la hora de gestionar la Dirección General de Agricultura, Ganadería y Alimentación?
Ha sido esencial, fundamentalmente para aprender; creo que cuando eres concejal de un pueblo tienes que aprender a escuchar mucho a tus vecinos, escuchar sus necesidades, porque muchas veces desde la administración entendemos que hay determinados proyectos y acciones que debemos emprender, como las relacionadas con comunicaciones, circunvalaciones, polígonos industriales, etc., alejándonos un poco de la realidad o de lo que el entorno o el pueblo necesita. Y esa cercanía y esa escucha a los vecinos te permite darte cuenta de que muchas veces lo que el vecino necesita es que arregles la puerta de su casa, el bache de su puerta, que tenga un servicio para sus hijos o para sus mayores, etc. Este sector necesita mucho que lo escuchen y que nos adaptemos a sus necesidades.
La Comunidad de Madrid cuenta con una superficie relativamente pequeña destinada a la agricultura ¿Cuántas hectáreas aproximadamente están destinadas a la actividad agrícola y cuáles son las principales zonas donde se desarrolla?
Efectivamente, la Comunidad de Madrid tiene una superficie de unas 800.000 hectáreas, de las cuales 300.000 están dedicadas a la agricultura; hay zonas cerealistas -en la parte sur, sureste-, vegas regadas por el Tajuña o el Tajo con comunidades de regantes en las que la producción hortícola es importante, hay zonas de invernaderos… pero también tenemos 127.000 hectáreas de prados y zonas de aprovechamiento ganadero que también es un sector importante en Madrid.
En Madrid tenemos una variedad importante de productos en los que, lógicamente, prima la calidad sobre la cantidad. Una calidad que nos permite introducirnos en cualquier mercado que nos soliciten.
Tal como afirma, los productos madrileños son reconocidos por su gran calidad. La Comunidad de Madrid está trabajando intensamente en la promoción de la calidad del producto madrileño. ¿Cuáles son las acciones más significativas que se están llevando a cabo en este sentido?
Madrid es un territorio que está abierto a los productos de todas las regiones y esa característica cosmopolita nos hace, a veces, poco defensores de nuestros productos a la hora de sacar pecho, aunque ahora esta tendencia está cambiando y, por ejemplo, muchos madrileños cuando se sientan en un restaurante, piden un vino de Madrid o se interesan sobre si el aceite que se sirve en la mesa es de Madrid.
En este sentido, el interés de la Dirección General y de la Comunidad de Madrid es enseñar, es decir, dar a probar. Estoy convencido de que cualquier ciudadano de Madrid cuando prueba un vino de la Denominación de Origen de Madrid, de las 4 subzonas que tenemos, o un aceite de Madrid, o las aceitunas de Campo Real, o los quesos de nuestras las queserías rurales, o la carne de nuestra Sierra de Guadarrama, aprenden, conocen y repiten. Por eso nuestro interés es que conozcan porque una vez que conozcan nuestros productos, por su calidad, se venden solos. De ahí nuestra línea de trabajo con mercados itinerantes, promociones de productos de Madrid, etcétera.
El aceite de Madrid ha obtenido el reconocimiento de la Comisión Europea como producto Denominación de Origen Protegida. Detrás de este hay un largo trabajo que comenzó en 2019. ¿Cómo ha sido este proceso y cómo es el aceite de Madrid?
El aceite de Madrid como los productos de Madrid, en general, es un aceite con características propias. En la Comunidad tenemos una superficie olivarera aproximadamente de 30.000 hectáreas, relativamente pequeña si la comparamos con otras zonas de producción de aceite en España; pero nuestras pequeñas aceiteras locales están yendo a concursos, ganando certificados y dando una calidad importante. No podemos competir en cantidad de producción con otras zonas, pero sí podemos competir con ese aceite de calidad que el consumidor va a poder adquirir en una zona gourmet.
Desde el año 2019 en que se presentó el proyecto de Denominación de Origen del aceite madrileño, el trabajo ha sido arduo, pero ya hemos logrado una Denominación de Origen Protegida, aprobada por Europa el 4 de abril de este mismo año.
El vino de Madrid merece un capítulo aparte y es que el reconocimiento que se está logrando -sobre todo en los cinco o seis últimos años-, tanto en nuestra Comunidad de Madrid como a nivel internacional ha experimentado un impulso sin precedentes. ¿Cuáles han sido las principales líneas de acción de la Comunidad de Madrid para lograr este éxito y en qué se está trabajando en estos momentos?
En la línea de Vinos de Madrid hay que reconocer que la propia Denominación de Origen ha dado una vuelta completa a la calidad de sus vinos. En sus cuatro zonas, hay vinos de cabecera que pueden competir en calidad con cualquier otra denominación de Origen específica. No podemos competir en cantidad de producción de botellas, pero sí en calidad.
Esto es fruto de un trabajo conjunto de la Denominación de Origen, de la Dirección General, de los agricultores y de los viticultores. Hay que poner en valor todo el trabajo que se ha hecho de concienciación en materia de modernización y evolución desde el origen con el agricultor -que ha cambiado, por ejemplo, el sistema de recolección, de poda, de trabajo en el campo, etc.-, lo que hace que el producto que llega a las bodegas sea de mayor calidad para que, a su vez, las bodegas que también han evolucionado a la hora de tratar esa uva y hacer un buen vino, puedan producir unas botellas con la magnífica calidad que están logrando.
Ahora, nos queda que el madrileño cuando se siente en un restaurante pida un vino de Madrid. Todavía nos queda trabajar para concienciar a los ciudadanos para que pidan productos de Madrid, entre ellos, sobre todo, nuestro vino que es el que más evolucionado está en la percepción de los madrileños. Concienciación de la evolución liderada por la D.O. que ha sabido trabajar con agricultores y con viticultores. Creo que el madrileño sí ha entendido la evolución que han tenido nuestros vinos en los últimos cinco o seis años
Desde la Comunidad de Madrid se está destinando un enorme esfuerzo para poner en valor el producto de proximidad, el producto kilómetro cero. ¿Cuáles son los principales beneficios que puede aportar a los madrileños el consumo de productos locales?
Hablamos de sostenibilidad y de medio ambiente, unos parámetros que cada vez son más percibidos por el consumidor como necesarios a la hora de adquirir un determinado producto, y no hay nada más sostenible que el hecho de que una producción esté lo más próxima posible de la zona de consumo. La denominada huella de carbono, al final, es mucho menor. Tenemos un sello de Calidad M Producto Certificado y bajo este sello todos los productores madrileños se pueden apoyar para impulsar sus productos.
Otra línea de actuación en la que queremos profundizar es trabajar de la mano con los cocineros madrileños, de modo que la restauración pueda poner un sello en sus establecimientos que indique que en él se consumen productos de Madrid, kilómetro cero. Quiero aprovechar para transmitir a la Asociación de Cocineros y Reposteros de Madrid ACYRE su disposición siempre a apoyar cualquier promoción que venimos realizando de productos de Madrid.
La actualidad de los últimos dos años, con la pandemia por coronavirus y la invasión rusa a Ucrania, entre otros acontecimientos… ¿cree que han contribuido a poner en valor esta actividad económica? ¿Los ciudadanos hemos comprendido el peso fundamental que tiene para el abastecimiento de alimentos a la sociedad?
Por desgracia la sociedad suele tener la memoria un poco débil y ya nos hemos olvidado de esas crisis que hemos tenido, alimentarias, sanitarias… pero si algo hay que agradecer a esas crisis, es que el madrileño, por lo menos, ha conocido su territorio. Por ejemplo, el turismo que va muy unido al tema del productor, mediante el enoturismo con la visita de pueblos, etc.
Tenemos que sacar pecho por los productos locales característicos de nuestros municipios y continuar con su impulso; esta es, precisamente una de nuestras líneas de acción.
El sector agrícola se queja de que el Gobierno central les tiene abandonados, sin embargo, en la Comunidad de Madrid ocurre todo lo contrario. La Comunidad de Madrid lanzó el Plan Terra con 50 medidas destinadas a liberalizar el sector y dotado con 100 millones de euros. Según los últimos datos ya se habría ejecutado un 80%. ¿Cuáles son las líneas básicas de acción de este ambicioso Plan?
El Plan Terra contiene un compendio de medidas con el objetivo de promocionar y ayudar al agricultor y al ganadero. Hay determinadas acciones que están lastrando a los trabajadores y empresarios de este sector, por ejemplo, la subida de los costes de producción -gasóleos, electricidad, etc.-, pero este sector padece, además, los efectos adversos de la climatología.
La Línea 1 el Plan Terra se centra en la simplificación normativa y agilización de permisos para mayor rapidez y eficacia en la actividad. La Línea 2, se dirige a la comercialización de ese producto, con medidas de impulso como la Marca M de Madrid, la creación de un el market place no solo para la venta directa, sino que permita una comunicación directa con los productores locales para que los usuarios sepan, por ejemplo, dónde poder adquirir un producto determinado.
También es importante la modernización de las explotaciones para ser cada vez más rentables y sostenibles. En este sentido, la Comunidad de Madrid ha puesto en marcha recientemente un plan para la modernización de explotaciones agropecuarias dotado con 6 millones de euros, y otra línea de mejora de las industrias agroalimentarias con 3,5 millones de euros.
También es importante la apuesta por el relevo generacional y para ello, la Comunidad de Madrid ha aprobado líneas con ayudas para jóvenes que quieran incorporarse al medio rural. También hay ayudas, no solo para jóvenes, sino para mayores de 41 años, que también quieran dedicarse a la agricultura o la ganadería.
¿Cree que es importante favorece el cooperativismo entre agricultores y también entre ganaderos?
Sin duda, es esencial. La línea de la Comunidad de Madrid está apoyando a las cooperativas e incluso a la asociación de cooperativas. En el año 2021 hicimos un estudio del cooperativismo madrileño del que se extraen una serie de conclusiones de gran interés, entre ellas, que hay que fusionar incluso cooperativas, ya que con ello se contribuye a rentabilizar recursos con el mismo coste de producción. También resulta de gran importancia la profesionalización de las cooperativas.
El desarrollo del sector agrario puede ser clave para combatir el problema de la “España vacía”. El Plan Terra incluye mejoras sociales para asentar la población rural. ¿Qué tipo de medidas? ¿Se puede hacer atractivo el campo?
Una de las líneas de desarrollo rural de la Dirección General es el Plan Leader, en el que hay grupos de acción local que conocen perfectamente el territorio y que gestionan 12 millones de euros financiados por la Comunidad Europea, también, que están implantados en el territorio y que gestionan y canalizan estas ayudas, no solo destinadas a desarrollos agropecuarios sino a cualquier empresa, autónomo o persona que quiera desarrollar una actividad en este territorio. Si se quiere fijar población a un territorio, resulta básico que su actividad sea rentable, no hace falta dar líneas específicas para esa fijación.
¿Por qué cree que se está viviendo ahora esta “época dorada” de la Agricultura en la Comunidad de Madrid?
No podemos decir que es exclusivamente gracias a las ayudas que está ofreciendo la Comunidad de Madrid, pero sí es cierto que hay cada vez más una concienciación de la necesidad de mejorar las instalaciones y, con ello, de continuar en la línea de mejora de la calidad de los productos. Porque esa concienciación ha llevado a entender que un producto de calidad se coloca mucho mejor un mercado como el madrileño, que cuenta con una población de 7 millones de habitantes que están deseosos de comprar ese producto madrileño de calidad.
Finalmente ¿Cuáles son los próximos retos a alcanzar y las principales líneas en las que está trabajando la Dirección General de Agricultura para esta legislatura 2023/2027?
Una de las principales líneas de la Marca de Producto M de Madrid es continuar posicionando nuestros productos, ampliar al sello de Artesanía Madrileña y dar impulso y reconocimiento de los Productos de Montaña.
Otro proyecto en el que estamos inmersos ahora mismo es en la realización de un clúster agroalimentario, que permita la reunión en una misma mesa de toda la cadena de valor, desde el productor, comercializador, industria, distribución, restauración… de modo que escuchando todos los puntos de vista, en conjunto, podamos decidir la mejor evolución de los productos.
Y un proyecto con el que personalmente estoy muy ilusionado es la potenciación de energía agrovoltáica. Tenemos un proyecto sobre la mesa en el que se está investigando la posibilidad de instalar unas placas fotovoltáicas movibles en la parte superior del viñedo que le sirvan de protección, de resguardo del granizo y de las heladas, incluso del sol de agosto, y también en los tejados de explotaciones agrarias, de modo que pueda obtenerse una producción eléctrica fotovoltaica que cualquier industria que esté cerca de ese viñedo o esa explotación, pueda beneficiarse. Nosotros lo que proponemos en nuestra investigación es un autoconsumo de la propia zona en la que hay una industria, un polígono, un municipio al lado que pueda comprar esa energía que produce un campo agronómicamente. Lo importante es lo que está abajo, no lo que está arriba que es una ayuda que puede permitir, por ejemplo, una digitalización además del territorio, etc. Es decir, vendría a ser un kilómetro cero de la energía fotovoltaica que da una rentabilidad un poco mayor a las explotaciones agrarias o ganaderas. Es una línea pionera en España, pero por la que ya se está apostando en Europa.
Estamos trabajando en otras muchas líneas de acción como concentraciones parcelarias, o la mejora urgente de regadíos para lo que se hace imprescindible presionar a la Confederación Hidrográfica del Tajo y al Ministerio de Transición Ecológica -entidades con competencia en esta materia-, ya que hay determinadas comunidades de regantes que están aún utilizando antiguos cauces que ocasionan una pérdida del 45% del agua transportada desde la cabecera hasta el final de su recorrido.
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