Vistosa y emotiva participación del municipio para mostrar la peculiaridad y encanto de las danzas que forman parte de su historia y de un patrimonio cultural que se mantiene muy vivo: el Baile de la Bandera y el Rondón.

Este domingo el objetivo se cumplió y Valdemorillo cobró mayor representatividad en el Encuentro de Gaitas y Dulzainas de la Villa. Una cita que hace grande el folclore popular como santo y seña de la identidad de los pueblos que saben mantener vivo este importante patrimonio cultural, capaz de pasar de generación en generación para seguir creciendo como expresión colectiva. Y así quedó demostrado con la vistosa participación de los miembros de las Hermandades de la Esclavitud del Santísimo Sacramento y de Virgen de la Esperanza y demás vecinos que se desplazaron hasta la capital para llevar a pie de calle, en pleno corazón de Madrid, la singularidad, colorido y gran atractivo de las danzas que están presentes en toda festividad especialmente significativa para los valdemorillenses. Y contándose entre los participantes, como uno más, el alcalde, Santiago Villena, y la concejal de Educación y Cultura, Eva Ruiz, que se implicó especialmente en esta incitativa al respaldarla como responsable también de turismo.

Y es que ambos, ataviados igualmente con el traje serrano, sumaron sus pasos e ilusión para dar contenido una acertada actuación que, con el Paseo del Prado como escenario, y ante el público y peatones en general que siguieron esta quinta edición del encuentro organizado por Arrabel, despertó tanto el aplauso como el entusiasmo de los presentes.

Precisamente entre miradas de curiosidad y gran interés fue recibido el Baile de la Bandera. Arrodillado, de pie, combinando movimientos al compás de la música, el abanderado fue la figura encargada de brindar este peculiar espectáculo que supone el hacer ondear, con especial destreza, la enseña que siempre acompaña a la Hermandad del Santísimo, una de las más antiguas de España que, además, ha sabido conservar y fomentar esta peculiar tradición, ya que este es un baile que hace billar aún más la celebración del Corpus Christi dándole una estampa muy especial en Valdemorillo.

Y no menos llamativo resultó el rondón tan acertadamente bailado igualmente siguiendo los sones del grupo de Los Manlangostos. Toda una exhibición que presentó a los madrileños la danza que acompaña a la Virgen de la Esperanza en la romería como la que se volverá a vivir en breve, el próximo 12 de junio, para congregar a centenares de personas formando el cortejo que acompaña a la Señora en su traslado desde el templo parroquial a la ermita de Valmayor. Y es que, interpretado en parejas, el rondón es otra de las tradiciones que Valdemorillo sigue impulsando y fomentado, con la organización de diversas actividades, como cursos gratuitos y el imprescindible concurso que, cada San Blas, premia a los mejores, sean niños, jóvenes o adultos.

Gran éxito por tanto de estos Encuentros de Gaitas y Dulzainas, posibles gracias a la colaboración desinteresada de cuantos toman parte en ellos y que, en este 2022 han contado con más de una decena de grupos representando danzas castellanas, gaiteros asturianos, bailes gallegos y hasta ritmos búlgaros de la mano de la asociación T.A.N.G.R.A, entre otras escuelas y agrupaciones. Y Valdemorillo se hizo bien visible entre todos ellos, sin parar de bailar, literalmente, a lo largo de todo el Encuentro, viviendo “una grata experiencia, dando a conocer nuestro baile más típico y compartiéndolo, como fue el caso este 29 de mayo, con todos aquellos que incluso se apuntaron a bailar con nosotros el rondón, llegando a formar un gran corro y demostrando que nuestras tradiciones gustan mucho y merecen ser bien conocidas por todos”.