Ya está todo preparado para que Valdemorillo celebre un tercer domingo consecutivo marcado de modo muy especial por la tradición. Mientras aún perduran los ecos de la multitudinaria romería celebrada en honor a la Virgen de la Esperanza, esta población vive ya la cuenta atrás para disfrutar de otra jornada singular. Porque la celebración del Corpus Christi tiene su propio distintivo a nivel local al incluir entre sus actos el baile de la bandera que añade gran espectacularidad y atractivo, resultando realmente único en la zona por sus particularidades, pues no en vano representa una costumbre de la Hermandad cuyo origen se remonta hasta cuatro siglos atrás. Una estampa que se repite ante la mirada de todos siempre en coincidencia con esta festividad, una vez completada la procesión que, encabezada por la custodia con la Sagrada Forma portada bajo palio, marcha por pleno centro urbano.

Día por tanto de emociones el que aguarda nuevamente a los valdemorillenses este 11 de junio, que tendrá su primer momento de encuentro en la misa a oficiar en el templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, a partir de las 12,30 horas. Tras ella se procesionará para acompañar el paso de la Forma bendecida, símbolo del Cuerpo de Cristo, por el habitual recorrido que incluye calles como Balconcillos, Ramón Gamonal, La Fuente, Plaza de la Constitución y Vista Alegre. Como manda también la costumbre, y dado que es la fiesta que celebra la Eucaristía, los niños que acaban de hacer su Primera Comunión formarán parte del cortejo en el que marcharán junto a ellos el alcalde y corporativos en funciones, así como miembros de las Hermandades y demás vecinos, efectuando las habituales paradas ante los altares instalados en las aceras y ante fachadas por las personas que voluntariamente deciden añadir vistosidad a esta procesión, decorándolos con paños y otras telas, flores e imágenes, entre otros objetos.  

Una vez de regreso a la iglesia, y ante la mirada del numeroso público que suele congregarse para seguir esta peculiar tradición, le llegará el turno de mostrar su habilidad a los abanderados de este 2023, haciendo ondear y girar el amplio estandarte de la Hermandad de la Esclavitud del Santísimo Sacramento, enarbolándolo y bailándolo, ya sea de pie o de rodillas, al compás de los sones serranos a interpretar por Los Malangosto.  Se dará forma así al baile de la bandera que, con sus tonos verdes, amarillos y rojos, luce en las grandes celebraciones locales.  

Finalizados todos estos actos, los asistentes podrán compartir el aperitivo que se servirá en los soportales de la Plaza de la Iglesia. Y aún restará el encuentro al que, ya por la tarde, la Hermandad invita a sus miembros y a la Corporación Municipal, procediéndose durante el mismo a los nombramientos de los nuevos abanderados y Hermanos Mayores. A su término, y antes de retornar este simbólico y valioso elemento del patrimonio local a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, donde se custodia junto con las picas que siempre lo flaquean, la bandera volverá a bailarse de noche, despidiendo con este gesto el gran ambiente festivo que entrañan las tradiciones vividas estas últimas semanas, respaldadas siempre por el Ayuntamiento como señas de identidad de Valdemorillo.