Hoy me he puesto a pensar que esto del cambio climático favorece mucho a bacterias, virus y parásitos. Es increíble cómo enfermedades que no llegaban a la Comunidad de Madrid, tenemos que ponerlas en los diferenciales de diagnóstico, porque llegan cada vez más. Estos “bichitos” cada vez tienen mejores condiciones para vivir y nosotros peores escenarios para soportar infecciones de cualquier tipo. Ellos se adaptan y resisten mejor, nosotros destruimos nuestro hábitat y resistimos peor.

Viven más y en periodos de tiempo y espacio que no les corresponde. Por poner un ejemplo, leishmania es transmitida por sus vectores en temperaturas a partir de 18-20 grados centígrados y había zonas de España, en el norte, donde apenas había casos. Ahora tenemos leishmania en el norte y si nos vamos a Andalucía, ya la tienen todo el año.

¿Y que pasa con nuestro sistema inmunitario? Pues que el estilo de vida que llevamos, sedentarismo, obesidad, estrés, comidas procesadas, alteraciones del patrón de sueño, contaminación, alteraciones en nuestra microbiota… nos hacen más susceptibles a infecciones, enfermedades autoinmunes e incluso cáncer. Tenemos un fuerte componente genético, pero nuestro entorno y nuestro ritmo de vida favorecen que aparezcan o no dichas enfermedades.

Esto ocurre igual con nuestras mascotas, ellos son el reflejo de nuestra sociedad. Cada vez desarrollan más enfermedades similares a las nuestras .La prevención es la clave. Siempre lo ha sido, pero ahora es más importante si cabe. Proteger a nuestras mascotas de enfermedades bacterianas, víricas y parasitarias, es protegernos a nosotros y al mundo en general. Vuelvo a hablar del término zoonosis, que se transmite al hombre, que debemos tener siempre presente.

No olvidemos One Health, esto significa que existe una única salud entre humanos, animales y el entorno (planeta). El cuidado de la salud de nuestras mascotas es fundamental para la salud humana. El cambio climático también favorece la proliferación de nuevas zoonosis. El abuso de los antibióticos también es un gran problema en animales y personas. Busquemos una salud única para el planeta, así conseguiremos ser más resistentes frente a los nuevos virus y sus mutaciones, a bacterias que se hacen multirresistentes y a parásitos que conviven con nosotros en condiciones que, a priori, no son óptimas para ellos. Cuándo nos daremos cuenta que no somos el ombligo del mundo… que convivimos con millones de especies…