Que serán más, cuando se regularicen las cifras de trabajadores aún en ERTE. De otra, hay ámbitos profesionales, vinculados a la economía digital, donde sistemáticamente se quedan posiciones sin cubrir, por falta de candidatos. Desde diversas instancias, se insiste en un “agujero” de entre 50.000 y 100.000 empleos que podrían activarse en España de resolverse este problema de “falta de talento”. La Comisión Europea ya cifraba este déficit en casi 500.000 posiciones a escala de la UE, para el recién terminado 2020. Así, la denominada transformación digital nos plantea un nuevo reto: la necesidad de contar con nuevos perfiles profesionales y competencias adaptadas a un marco de actuación marcadamente entreverado de tecnología.

A través de la Fundación de la Universidad Autónoma de Madrid, el Grupo VASS, empresa madrileña de consultoría con más de 20 años de experiencia y que hoy emplea a más de 2.200 profesionales en 8 países, ha contado con profesorado de la UAM para realizar un estudio que ayude a obtener una perspectiva amplia sobre este gap de talento, singularizado en las profesiones técnicas, vinculadas con la informática.

El objetivo del estudio era lograr traducir ese déficit a un índice de competencias, analizando no sólo la falta de personas/vocaciones sino la diferencia entre lo que las empresas están demandando, y lo que está saliendo de la formación reglada. Se debía acotar conceptualmente el talento digital técnico, descomponiéndolo en una serie de competencias técnicas y conductuales; y medir en cada una el nivel que incorporan los jóvenes, respecto a lo que el tejido empresarial está buscando. El reto, de gran envergadura, debía analizar la conexión real de la universidad y el mercado y de las capacidades reales de incorporación al mercado laboral de los egresados universitarios

Se constituyó un panel de 50 expertos empresariales, de entre las empresas más relevantes de la economía digital, que ayudaron a identificar las competencias clave, las que el mundo profesional tiene más en cuenta en las disciplinas relacionadas con la informática; midiendo además el nivel que en cada una encontraban en los nuevos egresados universitarios.

También se pidió la colaboración de diferentes universidades para recabar la opinión que al respecto tenían los estudiantes en los últimos cursos universitarios vinculados a estas disciplinas, alcanzando a 20 universidades y casi 1.000 jóvenes en toda España. Un número significativo si tenemos en cuenta que, anualmente, las escuelas de ingeniería informática egresan a poco más de 5.500 jóvenes, entre grados y master.

En la última edición del estudio (accesible desde http://fundacionvass.org) revelamos que, aunque las competencias cognitivas (Hard Skills) siguen siendo las que más ponderan a la hora de caracterizar el talento técnico, las denominadas competencias conductuales (Soft Skills) tienen un protagonismo creciente: explican el 41,7%, del Talento Digital.

Por tanto, las compañías siguen poniendo foco en el dominio de la programación y los lenguajes lógicos; pero se valora casi en la misma medida la adaptación flexible al cambio y nuevas situaciones, la capacidad analítica y la capacidad para la cooperación y el trabajo en equipo. Y es aquí donde se encuentran las divergencias entre la universidad y la empresa, puesto que lo que se demanda supera con creces lo que los recién egresados pueden ofrecer.

Los propios jóvenes son conscientes de lo mucho que les queda por recorrer en ese conjunto de competencias que el mercado entiende constituyen el talento. La toma de conciencia, por tanto, es plena por parte de empresas, jóvenes y universidades. Y el estudio ha ofrecido una buena hoja de ruta para actuar, sobre un mapa competencial muy concreto, además.

El tejido empresarial precisa conocer mejor a las universidades y viceversa, y colaboraciones como la que ha permitido realizar este estudio se tornan fundamentales para servir de vía de comunicación entre ambos sectores. No hay mejor forma de innovar y alcanzar mejores resultados que aunando fuerzas y colaborando estrechamente mediante los mecanismos que la transferencia de conocimiento establecen, poniendo a disposición de la sociedad el conocimiento científico del personal docente e investigador de las universidades españolas.

• El Programa COMPITTE tiene entre sus objetivos la co-creación entre la universidad y la sociedad, permitiendo a las empresas lanzar sus retos a la comunidad investigadora para encontrar juntos una solución, mediante los retos de innovación abierta. ¡Reta a la UAM! Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.