Y cuando ya me las prometía tan felices porque tenía mi pauta de vacunación completa frente al COVID 19, voy y me infecto y me mosqueo y moqueo y me enfado con la vida. Luego, recapacito y en calidad de veterinaria, con mente científica, razono que los virus mutan y se comportan así. Nada nuevo….

Esta es mi experiencia personal y como tal, la cuento. Cada uno puede tener sus propias ideas y su propia conciencia.

Una vacuna es muy importante para bajar la agresividad de un virus, es un arma a nuestra disposición para poner resistencia, pero no siempre gana una batalla… Hasta que no tengamos armas neutralizantes debemos ser cuidadosos con las medidas preventivas…

Pero voy al caso que nos atañe, que es contaros sobre mi preciosa y viejita peludita. Al estar yo infectada con síntomas leves y aislada, surgió el problema de mi Chuchi (a quien llamamos así cariñosamente), no porque se lo fuera a transmitir, porque no hay ningún estudio que avale la transmisión, pero sabemos que sí actúan como fomite, es decir, como superficie, por lo que un virus se puede quedar en la piel y mucosas un tiempo. Con lo cual sus paseos, alimentación y cariñitos, debía proporcionárselo otro miembro de la familia, mientras durara mi aislamiento. Y en mi mente hice un recorrido de cómo un patógeno entraba en cualquier animal y cómo se defiende frente a él, su sistema inmunitario.

Lo primero que tiene que atravesar son barreras físicas, como son la piel y mucosas, por eso es muy importante que tengan una piel sana, un ph adecuado, un pelo sano y brillante. En las mucosas tenemos la mayor parte del todo el sistema inmunitario, y estas incluyen desde la nariz, a ojos, boca, digestivo, urinario…. pero esto merece otro artículo sobre el tema. Si el patógeno no es aniquilado por las defensas que hay en las mucosas, prosigue su andadura y necesitaremos una defensa mas agresiva con un tipo de glóbulos blancos que comen patógenos, esto el cuerpo lo lleva de serie, muchas bacterias y virus perecerán ahí y será el fin de la infección, pero otros -junto a los síntomas de inflamación- necesitarán células mucho más potentes en su lucha y será a través de los linfocitos, que son los que organizan las células de recuerdo y los anticuerpos… Si falla esta respuesta inmune, comenzaran las complicaciones.

Cuando un animal tiene una enfermedad crónica como diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, problemas cardiacos, etc., están inmunodeprimidos… Se puede vacunar o no, dependiendo de si esa enfermedad está controlada. Si su enfermedad está controlada, deben vacunarse. Cuando hay fiebre, no se vacunan porque hay muchos fallos de eficacia de la vacuna para crear anticuerpos protectores. Si son enfermedades leves sin fiebre, se pueden vacunar.

Hay enfermedades como la rabia, que son zoonosis y son esenciales y como tales, las vacunas deberían ser obligatorias. Hay ciertas razas, que por genética tienen fallos vacunales y no responden bien frente a ciertos tipos de virus como el parvovirus, por ejemplo, y necesitan más dosis para completar su pauta de vacunación. También influye el estado nutricional, si están parasitados… porque muchos parásitos engañan al sistema inmunitario y provocan que no formen suficientes anticuerpos para su protección. Los animales senior también tienen más fallos de eficacia de la vacunación… etc., etc.

Es decir, frente a una infección conocida pueden tener una respuesta inmunitaria natural o por anticuerpos, pero cuando no es conocida, no sabemos cómo va a actuar el sistema inmune