Issame Azarkame y Clara Ruiz Martínez fueron los atletas ganadores de la XIII edición de la carrera de montaña Vuelta a la Jarosa, disputada el sábado 13 de mayo, por el entorno natural de Guadarrama.

Una exigente prueba deportiva en la que consiguieron cruzar la meta un total de 407 deportistas del total de 500 que estaban inscritos en la misma.

Issame Azarkame, vecino de la localidad de Los Molinos, se impuso en la general, consiguiendo realizar el recorrido en un tiempo de 30 minutos 49 segundos, por su parte, con casi dos minutos de diferencia entró en la meta en segundo lugar, José Almagro Valero, de Madrid, con un tiempo de 32 minutos y 33 segundos. Completó el podio Santiago Fernández Pérez, también de Los Molinos, con un tiempo de 33 minutos y 14 segundos.

Clara Ruiz Martínez, de Collado Mediano, fue la primera clasificada en categoría femenina con un tiempo de 40 minutos y 35 segundos, tras ella se clasificó María Azucena Galarón Touriño, de Galapagar, con un tiempo de 42 minutos y 39 segundos. Gezabel Manzano González, de Villaviciosa de Odón y perteneciente al Club Cronos Villaviciosa, fue la tercera clasificada tras cruzar la meta en un tiempo de 43 minutos y 26 segundos.

En la categoría local el primero en cruzar la meta fue Francisco Pacheco Peñas que llegó en el cuarto lugar de la general, a tan solo 43 segundos del tercero, realizando el recorrido en 33 minutos y 57 segundos. Por su parte, cuarta en la clasificación femenina y primera de las locales fue Aranzazu López Serrano, de Guadarrama y perteneciente al Club de Atletismo Guadarrama, con un tiempo de 43 minutos y 47 segundos.

Además, obtuvieron reconocimiento los tres primer@s de cada categoría, los diez primer@s de la general, las 10 primeras de la categoría femenina, primeros locales y al más veterano y a la más veterana de los participantes en esta prueba deportiva.

La carrera, organizada por el Club de Atletismo Guadarrama, en colaboración con el Ayuntamiento de Guadarrama, entregó además de los trofeos a los ganadores, numerosos regalos donados por diferentes establecimientos de la localidad como Restaurante Valladolid, Carnicería Priego, Hogares, Panadería Caballero, Reformas Tabares, Fisiocerceda, Talleres Rufi, Talleres Guaduato, Restaurante Los Santanles, Daniel´s Deportes, Asador de Ángel, Frutocfotos, Panadería Hernández, Peluquería Federico, Deportes Herranz, HB-61, Art Dental, Amalio Núñez, Opticalia, Restaurante La Mata, Herbolario Her-Deco, Mascotas, El cisne, Cadena 88, Floristería Arca, Floristería Menchu, Hostal González, Frutería Plaza Mayor, MSA y la Asociación Guadarrama Comercio.

Todos los clubes participantes con inscripción de, al menos 12 integrantes, recibieron un jamón como premio a la participación, volviendo a demostrar en esta carrera el carácter social y divertido que tiene la participación en conjunto de los miembros de los clubes. El C.A. Boadilla del Monte, A.D. San Lorenzo, Ávila Corre, C.C. Iron Sport C, Cronos Villaviciosa, Epocervezas, Monkey Team, Personal Running, Triatlon Alpedrete, Rosales Run, Runners Torrejón, Running Park Madrid y Sanranning, fueron algunos de los clubes con más representantes.

La buena organización fue posible gracias a la colaboración de más de cincuenta personas, pertenecientes al Club de Atletismo de Guadarrama, que desde primera hora de la mañana y hasta más allá del final de la prueba, fueron los encargados de que todo el mundo, corredores y espectadores, estuvieran atendidos en todo momento y se contara durante el desarrollo de la prueba con los puestos de atención y seguridad. Y, una vez más, colaboraron varios ciclistas de la localidad, pertenecientes al Club Ciclista Guadarrama, que acompañaron y asistieron a los atletas a lo largo de todo el recorrido.

Además, los miembros de la Agrupación de Protección Civil de Guadarrama y agentes de Guardia Civil, Policía Local y Forestales trabajaron durante toda la jornada para asegurar el perfecto desarrollo de la prueba.

La carrera se disputó, en esta ocasión, con algunas limitaciones en su desarrollo, ya que el entorno natural por el que discurre impone algunas exigencias necesarias para el perfecto equilibrio entre este tipo de pruebas y las características medioambientales del entorno. Unas limitaciones que contaron con el respaldo tanto de los organizadores como de los participantes que, demostraron, en una nueva ocasión, la buena relación entre deporte y medio ambiente.