Llega el mes de diciembre y con él abrazamos el Adviento, tiempo en el que nos preparamos para recibir el nacimiento del niño Dios. Pero este año la actualidad ha impuesto que cambiemos nuestras columnas y relatos navideños por un contenido mucho más propio de una película de gánsteres al más puro estilo Coppola. Tenemos al Gobierno de España cercado por la corrupción y a su máximo responsable, Pedro Sánchez, con la soga al cuello: su mujer imputada, su hermano imputado, su hasta hace poco número dos y mano derecha -Ábalos- imputado, “su” fiscal general del Estado, imputado… Pero Pedro sigue diciendo que “no hay caso”.

El señor Aldama, “nexo corruptor” en el Caso Koldo ha tirado de la manta y parece que no tiene intención de parar hasta dejar desnudos y con las vergüenzas al aire, al presidente y a la banda que le acompaña y le protege, porque cuando caiga Sánchez, todos los demás irán detrás de él.

Sánchez se obsesionó con la presidenta Isabel Díaz Ayuso y ha querido hundirla por cualquier medio y a toda costa. En su ego autócrata y narcisista, nunca ha podido soportar el contrapeso que desde Madrid siempre ha ejercido Ayuso frente a sus tejemanejes maquiavélicos contra Madrid y contra España.

Pedro Sánchez puso toda la maquinaria de Moncloa a trabajar y también las instituciones del Estado que controla, utilizando al novio de la presidenta como ariete. Pero a veces el odio descontrolado y la prepotencia generan tropiezos y a Sánchez se la ha vuelto como un bumerán toda la escoria que ha tratado de lanzar contra la líder madrileña. 

Dejemos que la Justicia siga actuando. Que los cómplices confesos sigan tirando de la manta. Y que Sánchez y todos sus secuaces tengan los días contados. Porque como ha dicho el ya ex líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, nada ni nadie está por encima de la Ley, tampoco los dirigentes socialistas.

Deseo que la próxima Navidad, podamos volver a hablar de oro, incienso y mirra, en lugar de cianuro, fango y corrupción. También espero, señora Ayuso, que pronto los madrileños y todos los españoles, le debamos una más. Feliz Navidad.