Las miradas de profunda emoción junto a un impresionante y respetuoso silencio jalonaron de principio a fin el acto que este sábado 5 de noviembre ha dejado imágenes inolvidables y únicas para la historia local. Y es que Valdemorillo ha vivido la primera Jura de Bandera para personal civil organizada en este municipio, un solemne acontecimiento, acogido en pleno centro urbano, “para hacer patente el amor y lealtad a España con esta expresión pública y decidida del compromiso con los valores que encarna la enseña nacional y la firme defensa de estos”. Un testimonio colectivo, sin precedentes en esta villa, que ha sabido aunar sentimiento y voluntad. Porque así lo han vivido los presentes y así lo subraya el alcalde, Santiago Villena, expresando “el orgullo de haber visto a tantos de nuestros vecinos reverenciar a nuestra enseña nacional y participar con tanto entusiasmo al prestar su juramento o promesa”. Toda una suma de sensaciones para dar forma a este acontecimiento “histórico para nuestro pueblo”, en el que se ha contado con más de un centenar de jurandos y que ha supuesto además el reconocimiento a las unidades que han formado junto al estandarte del Regimiento Acorazado ‘Alcázar de Toledo’ Nº 61.

El acto arrancó poco antes de las 11,00 h con la formación, al mando del capitán Rubén Martínez Pérez, integrada por la Escuadra de Gastadores del citado regimiento, tres secciones de su Compañía de Honores y la Unidad de Música de la Dirección del Acuartelamiento y Banda de Guerra de la Brigada ‘Guadarrama’ XII. Con la plaza peatonal de acceso al Edificio María Giralt como escenario, autoridades y asistentes en general siguieron en pie la incorporación de la bandera a la que se presentaron armas para, a continuación, rendirse los honores reglamentarios al coronel jefe de este Regimiento, Jesús Ángel Garrido Robres, quien tras pasar revista a la Fuerza ocupó su lugar en la tribuna para presidir el acto. Los toques de cornetín y palabras del relator fueron guiando el desarrollo de este. Una vez hecho el juramento a viva voz y de forma colectiva, llego el esperado momento en el que, a paso de uno, los jurados fueron desfilando entre los sones de las marchas militares interpretadas mientras se inclinaban ante la bandera, al no resultar posible besarla en aplicación del protocolo COVID.  

Y la emoción que marcó estos instantes sumó su punto de continuidad con el homenaje a los que dieron su vida por España, desplazándose los guiones y banderines de las Unidades en formación ante el monolito donde se llevó a cabo la ofrenda de una corona de laurel de manos del alcalde y del propio coronel Garrido Robres. Seguidamente, tras el toque de oración se efectuó la salva de fusilería que igualmente despertó especial emoción.

Con el eco bien presente de las palabras con las que el coronel subrayó el auténtico sentido de esta Jura de Bandera del personal civil, “dando un ejemplo de servicio a la sociedad y contribuyendo a la defensa de la patria con todos los medios, con respeto a las normas que nos hemos dado, el trabajo diario y el esfuerzo solidario”, finalmente la enseña nacional fue despedida con la máxima solemnidad entre los acordes del Himno de España. Finalizado este, las Unidades desfilaron por la calle de La Paz entre el aplauso y los vítores del pueblo congregado a su paso, ofreciendo otra memorable imagen para poner fin, como destaca el regidor, “a este brillante y más que emocionante acto militar que Valdemorillo ha tenido el privilegio de acoger, honrando con él todo lo que encarna nuestra Bandera y mostrando nuestro orgullo de ser y sentirnos españoles”.