“Ellos encarnan todos estos valores que necesitamos para levantarnos todos los días y perseguir nuestros objetivos o nuestros sueños: el afán de superación, la dedicación la perseverancia, la generosidad, una entrega vocacional y también su apabullante y arrolladora humanidad”. En estos términos glosó el alcalde de Valdemorillo a quienes han recibido este 2 de febrero los honores con los que este Ayuntamiento quiere reconocer su contribución “para ennoblecernos con su legado y, con su empuje, hacernos grandes como pueblo”. Y es que ante un Auditorio que nuevamente lució lleno para la ocasión, “lo que también representa un aliciente y un verdadero estímulo ante las dificultades que estamos intentado dejar atrás”, la emoción volvió a presidir el brillante acto de entrega de distinciones, haciéndose visible tanto entre los condecorados como entre el público que quiso acompañarles en una tarde tan especial, y entre el que se contaron personalidades como Jaime Mayor Oreja. Y es que, entre los distinguidos cabe destacar un figura de la gran talla de Marcelino Oreja Aguirre, en reconocimiento “a una trayectoria amplia, extensa y admirable” como subrayó el primer edil en el momento de agradecerle también con su nombramiento como Hijo Adoptivo de la localidad, “el cariño y fuerte vínculo que mantiene con este pueblo y que nos llevan también a querer contarle como uno de los nuestros”.

El gesto del Ayuntamiento, plasmado con la concesión de este título, fue recibido por el destacado político y diplomático con un enorme sentimiento de gratitud y de respeto también hacia el propio Valdemorillo, algo que plasmó con una intervención del todo inolvidable. Y no fue el único momento para el recuerdo, porque la tarde estuvo llena de instantes muy especiales, como el vivido con la entrega de la Medalla de Honor de la Villa a una de las Hermandades más antiguas de España, la de la Esclavitud del Santísimo Sacramento, cuyo origen se remonta al siglo XVI, “y que sigue siendo un magnífico exponente del compromiso por preservar la tradición con mayúsculas”. Además, paradojas de la vida, la encargada de recoger esta Medalla fue Almudena Aguilar Partida, la primera capitana que ha tenido la Hermandad en toda su historia, de la que son elementos emblemáticos la bandera, cuyo baile cada Corpus Christi “hace ondear el sentimiento de Valdemorillo”, y las picas.

Y momento emotivo igualmente y muy aplaudido cuando Beatriz González Perea, en representación de los más de 700 miembros que actualmente hacen de su fervor por la Virgen de la Esperanza el sentido de la otra Hermanad que también ha sido distinguida este 2022, recibió otra muy merecida Medalla de Honor de la Villa. Y es que con ella se hace un reconocimiento expreso, como señaló el alcalde, “a muchas generaciones de valdemorillenses, porque nada nos ha unido nunca más que esta devoción por la Virgen”, la misma que también se vio ensalzada el pasado mayo con la coronación canónica de la talla que tiene su altar en la ermita de Valmayor, cuya recuperación se cuenta entre los logros de esta Hermandad.

Completando este ilustre cuadro de honores, Guillermo de Portugal, quien ha visto especialmente reconocida su dedicación en pro del deporte y, de modo más concreto, del ciclismo y el MTB. Una labor “que le hace ser exponente de la dedicación por lograr que nuestro pueblo sea conocido y aplaudido, por situarlo en lo más alto”. Deportista de élite, que llegó a ser seleccionador nacional de su disciplina preferida “y encarna todos y cada uno de los grandes valores del deporte”, el gran promotor de lo que hoy es la Clásica de Valdemorillo, incluida en el calendario de la Unión Ciclista Internacional, ha recibido así la Medalla al Mérito Deportivo de esta localidad.

Finalmente, el Club Ground Golf local vio cómo el Consistorio le premia por la extraordinaria labor social que hace en beneficio de los mayores, “reportándoles salud y bienestar”. Su presidente, Ramón Lasso, fue el encargado de recoger la otra Medalla de Honor de la Villa, con la que se sigue animando al club creado en 2019 para que la suya sea también una trayectoria larga y destacada en el tiempo, como ya lo es en el presente.