Campos electromagnéticos

Campos electromagnéticos

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Un campo electromagnético (CEM) es una combinación de ondas eléctricas y magnéticas producidas por la oscilación o aceleración de cargas eléctricas que se desplazan a la velocidad de la luz y que pueden viajar por el vacío.

La propagación de energía en forma de ondas electromagnéticas se conoce como radiación electromagnética. La mayoría de los CEM son invisibles para el ojo humano, aunque también los hay visibles como el arco iris.

Algunos ejemplos de aparatos que producen campos electromagnéticos son: las líneas de media y alta tensión, los transformadores eléctricos, los electrodomésticos como neveras, secadores de pelo, etc., las pantallas de ordenador, los dispositivos antirrobo y de seguridad, radios, televisores, antenas de telefonía móvil, teléfonos móviles e inalámbricos, hornos microondas, el Wi-Fi o el bluetooth.

Los resultados de los estudios científicos más recientes demuestran que no existen efectos perjudiciales para la salud evidentes si la exposición se produce a niveles por debajo de lo establecido por la normativa. Hay ciertas personas que atribuyen síntomas inespecíficos como dolores de cabeza, trastornos del sueño o fatiga a la exposición a CEM. Se las conoce como personas con hipersensibilidad electromagnética.

El conjunto de todas las formas de energía radiante del universo se conoce como espectro electromagnético. Se divide en regiones con diferentes propiedades según la frecuencia, la longitud de onda y la energía de la radiación.

¿Dónde se encuentran los CEM?

En muchos sitios. Unos existen en la propia naturaleza como la radiación solar, el campo magnético terrestre o los formados durante las tormentas. Otros son fruto de nuevas tecnologías como los generados por ordenadores portátiles, teléfonos móviles, cocinas de inducción y redes inalámbricas.

¿Existen diferentes tipos de CEM?

Sí. El conjunto de todas las formas de energía radiante del universo se conoce como espectro electromagnético. Se divide en regiones con diferentes propiedades según la frecuencia, la longitud de onda y la energía de la radiación.

El término CEM, por lo general, se refiere a las frecuencias electromagnéticas por debajo de la de la luz visible (no las detecta el ojo humano)

El espectro electromagnético abarca:

  • Frecuencias extremadamente bajas, como la energía eléctrica.
  • Frecuencias más altas, como los infrarrojos, el ultravioleta y la luz visible.
  • Frecuencias muy altas, como los rayos X y los rayos gamma.

La frecuencia está relacionada con la longitud de onda: cuanto más corta es la longitud de onda, mayor es la frecuencia.

¿Tienen todos los CEM las mismas propiedades y efectos?

No. La diferencia fundamental entre unas radiaciones electromagnéticas y otras es su frecuencia: cuanto mayor sea la frecuencia, mayor es la cantidad de energía que se transporta.

Se distinguen dos tipos de radiaciones:

  • Las radiaciones ionizantes que transportan energía suficiente para romper los enlaces entre moléculas y producir daños en las células, es el caso de los rayos X y rayos gamma.
  • Las radiaciones no ionizantes, cuyos campos electromagnéticos son demasiado débiles para romper los enlaces moleculares. En este grupo se encuentran las ondas de baja frecuencia como las microondas, las ondas radioeléctricas, etc. De ahora en adelante, al hablar de CEM nos referimos solo a las radiaciones no ionizantes.

¿Qué aparatos producen CEM?

Muchos de los aparatos que nos rodean producen CEM

Se pueden clasificar en tres grupos en función de la frecuencia de las radiaciones:

  • Entre los de frecuencia extremadamente baja están las líneas de media y alta tensión y los aparatos electrodomésticos como neveras, secadores de pelo, etc.
  • Los campos de frecuencias intermedias los producen las pantallas de ordenador, los dispositivos antirrobo y los sistemas de seguridad.
  • Entre los de frecuencias altas o radiofrecuencias están la radio, la televisión, las antenas de telefonía móvil, los teléfonos móviles e inalámbricos, el Wi-Fi, el bluetooth y los hornos microondas.

¿Es peligrosa para la salud la exposición a los CEM?

Los resultados de los estudios científicos más recientes demuestran que no existen efectos perjudiciales para la salud evidentes si la exposición se produce a niveles por debajo de lo establecido por la normativa.

Algunos estudios indican que existe una relación entre los CEM generados por los teléfonos móviles y un mayor riesgo de cáncer del nervio auditivo y tumores cerebrales. Sin embargo, esta relación no ha sido confirmada por otros estudios y las tasas de incidencia de los tumores correspondientes no han aumentado desde la introducción de los teléfonos móviles.

También hay estudios epidemiológicos que asocian la exposición a campos de Frecuencia Extremadamente Baja (FEB), como el vivir de forma prolongada cerca de líneas eléctricas, con una mayor incidencia de leucemia infantil. Sin embargo, esta correlación no ha podido explicarse ni apoyarse mediante estudios experimentales con animales o células. Es decir, hasta ahora no se ha podido establecer un posible mecanismo que explique esta relación y es necesario seguir investigando para confirmar o descartar una posible relación causal.

¿Estamos cada vez más expuestos a los CEM?

No necesariamente. Los CEM han existido siempre, aunque es indudable que el número de aparatos que los generan está aumentando debido a la demanda creciente de energía eléctrica y a las nuevas tecnologías inalámbricas, especialmente para telecomunicaciones. Los cambios sociales y laborales también propician que en los últimos años haya aumentado la cantidad de dispositivos que los generan.

Sin embargo, los nuevos electrodomésticos, los nuevos teléfonos y demás fuentes de CEM pueden emitir niveles mucho más bajos que los modelos anteriores, lo que podría suponer incluso una disminución de la cantidad de exposición.

¿Hay personas especialmente sensibles a los CEM?

Hay ciertas personas que atribuyen síntomas inespecíficos como dolores de cabeza, trastornos del sueño o fatiga a la exposición a CEM. Se las conoce como personas con hipersensibilidad electromagnética. Evidentemente estas inquietudes son legítimas y deben ser tenidas en cuenta, pero por el momento no existen pruebas científicas concluyentes de que la exposición a CEM sea la causa de ninguno de estos síntomas.

 

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