El falso debate de la Monarquía

El falso debate de la Monarquía

 

Si don Juan Carlos cometió alguna irregularidad, deberán ser los tribunales los que lo determinen. Entretanto, como cualquier otro ciudadano, tiene derecho a la presunción de inocencia. Lo mismo ocurre con Pablo Iglesias quien, en espera de que la Justicia determine si es o no culpable de algún delito, el único escrutinio al que debe someterse es el de su responsabilidad política o la crítica periodística por sus actuaciones como vicepresidente del gobierno.

Lo que no tiene sentido es que el líder de Podemos, en un intento de desviar la atención acerca de sus presuntos manejos, haya tratado de abrir en la sociedad española un artificial debate acerca del modelo constitucional que rige nuestra democracia.

La Monarquía es el marco en el que se desarrolla nuestra convivencia. Juan Carlos I pilotó con pulso firme el timón de nuestra Transición, arriesgó con valentía la Corona al apostar decididamente por la democracia tras la muerte de Franco, defendió el sistema constitucional ante la amenaza de involución el 23 F, y fomentó el desarrollo y prestigio de nuestro país actuando como el mejor embajador que pudo tener España. Si cometió errores, éstos quedaron   subsanados con su abdicación, pero no pueden empañar su gran servicio a nuestra nación ni ensombrecer el legado de su reinado.

Felipe VI ha dado sobradas muestras de lealtad a la Corona, de abnegación por España y de generosidad para salvaguardar a la jefatura del Estado ante cualquier sombra de duda. Lo ha hecho por encima de sus intereses personales y familiares. Nunca es fácil para un hijo verse obligado a poner distancia con su padre. Pero don Felipe debe garantizar la pulcritud de la institución. Y lo hace.

Los españoles no estamos en disposición de abrir un debate acerca de si lo adecuado para nuestro país es la Monarquía o la república. Y no lo estaremos mientras, desde algunos círculos ideológicos se siga defendiendo que la república es, no un modelo de Estado, sino el sistema político con el que el Frente Popular retorció la convivencia en la España de los años treinta de siglo pasado.

Los pueblos que no recuerdan su historia están condenados a repetirla. La frase de George Santayana adquiere especial relevancia cuando algunos pretenden cambiar la versión de lo que realmente ocurrió en nuestro pasado y siembran la discordia entre los ciudadanos para imponer su ideología desde una pretendida superioridad moral que no es tal. Nos merecemos algo mejor.

Visto 1605 veces
Go to top
JSN Time 2 is designed by JoomlaShine.com | powered by JSN Sun Framework