La pregunta más tonta entra amigos, hace a veces prender la mecha de algún tema intocable... mis conocimientos, por ejemplo, sobre el gran Elvis Presley son limitados y podríamos decir que ajustados a lo que más o menos todo el mundo sabe. Al comunicarme con un amigo y verdadero fan absoluto del rey del rock, nos preguntamos cómo será la próxima película que está a punto de estrenarse en los cines sobre su vida. Elvis hizo magia en la música, pero en su vida personal arrastraba muchos problemas de salud y vivía pegado a varias pastillas diarias. El concepto de adicción es difícil de reconocer cuando le toca a alguien de lleno en su vida, y muy fácil de ver y percibir para los que le rodean. Mi amigo se pone encendido intentando explicar que el cantante no era adicto, y además noto que el tema le molesta profundamente. Esto indica cariño y respeto por esa persona, pero poca puntería a la hora de analizar el asunto con cierto rigor médico y científico. Acudamos a la pura definición según la RAE: las adicciones son la dependencia de sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio físico (primera acepción) y la afición extrema a alguien o a algo (segunda acepción).

El error está en pensar que las adicciones sólo se refieren a sustancias ilegales o a drogas. Todavía a día de hoy, esas mismas personas no entienden que estar horas y horas enganchado a las redes sociales en el móvil no es adicción porque “estoy consultando un momento mi cuenta de Facebook, lo dejo cuando quiera”. Son las mismas personas que lo último que ven antes de irse a dormir es la pantalla de su móvil, y lo primero que hacen es consultar su whatsapp nada más levantarse.

El médico de Elvis lo tenía muy claro y así lo manifestó en varias entrevistas. Le había prescrito infinidad de pastillas para varias de sus dolencias y el cantante ya no podía pasar sin ellas.

A día de hoy, el consumo feroz en el que nos manejamos deja un rastro inequívoco de personas adictas, y con una posible hecatombe mental ante la imposibilidad de hacerse con el control de sus impulsos y sus actos. La Comunidad de Madrid ha presentado hace poco un nuevo Plan de Salud Mental y Adicciones 2022-2024, que contará con una iniciativa pionera de atención domiciliaria directa para niños y adolescentes con patologías complejas. Es excelente que un gobierno, sea regional o nacional, considere de una vez por todas la necesidad de poner la salud mental en las prioridades más altas de la salud de una persona. Dentro de las novedades de este Plan, se contempla la ampliación en la atención de los pacientes con TEA en el Hospital de Getafe y surge una nueva Unidad de Trastornos Adictivos Comportamentales para tratar ludopatías, compras, sexo y nuevas tecnologías en el Gregorio Marañón. Buenísimas noticias para la sanidad pública madrileña. Lo que va a ser difícil ya, es que los madrileños nos desenganchemos de este gobierno y su presidenta. No es de extrañar que seamos envidia sana de otras regiones.