Echo la vista atrás y veo las caras de muchas madres y padres que han solicitado la tarjeta para el aparcamiento con discapacidad en la ciudad de Madrid. Son padres y madres que llevan a sus hijos al colegio en turismo particular, ya que debido a las condiciones personales de su hijo no pueden hacerlo en transporte público. Son los niños de los que siempre hablo aquí, niños y niñas especiales que cargan con una pesada losa de discapacidad no física. Son niños que pertenecen a un espectro amplio de discapacidades, y que pueden poner en peligro su propia integridad física o la de sus cuidadores debido a sus particularidades, a saber: dificultad para integrar sensorialmente luces y ruidos propios de la calle o el metro, imposibilidad de ejecutar correctamente y en tiempo las dinámicas comunes con más personas de un transporte público como el autobús (no aciertan a bajar en tiempo en una parada, se atornillan al asiento porque quieren continuar en esa posición ya que las transiciones entre tareas les cuestan mucho), cuando se sienten estresados o agobiados se tiran al suelo para manifestar protesta o descontento...y así un largo etcétera.

La situación se complica cuando ese niño (la mayoría desarrollan el lenguaje de manera tardía), no puede expresarse y el padre o la madre tienen que manejar esta difícil situación de la mejor manera posible. Así, todos los días.

No es de extrañar, por tanto, que la opción del coche particular sea la más adecuada para realizar este viaje de apenas unos pocos kilómetros al colegio. Aquí llega el problema cuando para poder parar y bajar al pequeño del coche, nos encontramos con que las plazas reservadas para personas con minusvalía, son eso, minusvalías físicas. Personas con prótesis o directamente en silla de ruedas. Miramos de nuevo a esos padres que han solicitado la tarjeta para poder trasladar a sus hijos y poder aparcar con los mismos derechos en esas plazas: la contestación del Ayuntamiento de Madrid es implacable, si no se llega a un baremo estipulado de movilidad no se concede.

Y, además, cuando te la han denegado una vez, no se puede volver a iniciar el procedimiento de solicitud. Eso era hasta ahora.

Una vez más adquiere este tema rabiosa actualidad ya que el mismo Ayuntamiento ha puesto en marcha las plazas azules de alta rotación en las que no se puede estacionar más de 45 minutos para cumplir la Ordenanza de Movilidad Sostenible. Pero atención, esta misma Orden de Movilidad Sostenible determina, dentro de sus principales líneas maestras (y que se puede leer en la misma web del Ayuntamiento), como “Colectivo especialmente protegido” a las personas con movilidad reducida desde el punto de vista de la movilidad de Madrid capital y obliga a que “la planificación, ejecución, y reforma de las vías públicas, plazas, parques y demás espacios de uso público los haga universalmente accesibles, especialmente para personas con discapacidades o problemas para el desplazamiento funcional”.

Estimado señor delegado de Movilidad de Madrid, Borja Carabante, muchos padres esperan que esto se haga efectivo de manera inmediata. Es una necesidad para muchos ciudadanos de Madrid, y, además, es Ley.